La economía da buenas señales
La recuperación de EE UU comienza a impulsar la actividad en el resto del mundo
Los economistas norteamericanos coinciden. A través de la bola de cristal que han desempolvado en el Foro Económico Mundial la economía internacional se recupera, pero en gran dependencia de Estados Unidos. El más pesimista de todos los expertos dijo ayer que "el motor de la economía global, la desequilibrada economía norteamericana, está funcionando en medio del humo". El ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) Kenneth Rogoff dijo a este periódico que "el dólar tiene que caer bastante más, un 15% por lo menos, para reparar el déficit de la cuenta corriente de Estados Unidos". Rogoff no ve en el horizonte un aumento sustancial del empleo en dicho país.
Adonde vas te encuentras en Davos con los chinos. Antes, aquí y en otras reuniones uno veía el rostro de un ministro asiático y enseguida estaba claro que era japonés. Pero esa regla ya no rige. Es más probable que sea chino. Y, en todo caso, serán siempre un japonés y un chino, símbolo del poderío creciente de la República Popular China en el mercado internacional.
Precisamente: en el coloquio estrella sobre la agenda de la economía mundial en 2004, tres economistas norteamericanos compartieron mesa con dos académicos, uno de China y otro de Japón. Los tres espadas: Jacob A. Frenkel, presidente de Merryll Lynch Internacional; Stephen Roach, economista jefe de Morgan Stanley, Estados Unidos, y nada menos que Laura D'Andrea Tyson, ex jefe del Consejo de Asesores Económicos del ex presidente Bill Clinton y actual decana de la London Business School, en Reino Unido.
Frenkel, uno de los grandes economistas norteamericanos, expresó su confianza en la recuperación de EE UU, pero puso algunos reparos. "Si miras las estadísticas de la productividad no es por menos que espectacular. Pero ahora tenemos un nuevo paradigma: persiste el desempleo", explicó. Roach, un hombre que se ha ganado a pulso la fama de echar agua al vino de los economistas oficialistas sigue advirtiendo sobre los riesgos. "En esta recuperación, la economía mundial depende de un solo motor, y EE UU padece unos déficits crecientes, niveles de endeudamiento récord de las familias y una inusual falta de crecimiento del empleo que afecta a los ingresos de la gente. Hoy lo que tenemos es una sustitución de elevados salarios en el mundo desarrollado por productos y servicios producidos con bajos sueldos en países como India". Según Roach, a falta de ingresos genuinos, la desequilibrada economía norteamericana está funcionando en medio del humo.
Ayer, la nota sorprendente la dio Laura D'Andrea Tyson cuando se preguntó en voz alta "si el resto del mundo seguirá dispuesto a prestar a EE UU en el futuro y en qué condiciones". Hasta ahora, D'Andrea Tyson aseguraba que en una economía de patrón dólar, su país tenía asegurada la financiación extranjera. Por su parte, Fu Jun, de la Universidad de Pekín, sorprendió a propios y extraños con una información. "Estamos viendo un flujo masivo de divisas extranjeras hacia China en anticipación de una política de tipos de cambio flotante". En la actual el yuan o reminbi está pegado al dólar. Lo que no aclaró es si esa política va a ser una realidad, como solicita la Administración de Bush.
Kenneth Rogoff llegó ayer a Davos, pero no pudo asistir al coloquio. En una entrevista con EL PAÍS, Rogoff, que ha regresado a la Universidad de Harvard, sostuvo que "el dólar tiene que caer un 15% más del 14% que ya ha descendido en términos comerciales si se busca reparar el déficit por cuenta corriente de EE UU y reducirlo al 1,5% del actual 5% del producto interior bruto". Rogoff señala que el mundo todavía no puede respirar tranquilo y que sólo lo hará cuando la opción de un derrumbe drástico o aterrizaje suave del dólar se confirme. "El ajuste ha sido muy significativo, pero aún queda recorrido hacia abajo. Una sobreactuación de los mercados o overshooting podría provocar una reducción del 30% o 40%, pero yo creo que en 2004, si todo se mantiene bajo control, el dólar perderá otro 7% en términos respecto a la cesta de los principales socios comerciales de EE UU", vaticina. En cuanto al euro, Rogoff señala que el Banco Central Europeo (BCE) tiene que hacer dos cosas. "Para salvar la recuperación, el BCE tiene que intervenir en el mercado comprando dólares, pero al mismo tiempo necesita bajar los tipos de interés. Una cosa sin la otra no tendrá resultados".
Rogoff no comparte la promesa de Bush sobre una reacción del mercado laboral norteamericano con crecimientos importantes en los próximos meses. "Eso es pura política. Le diré: los economistas nunca hemos sabido cuál es la tasa de desempleo media compatible con la inflación y un crecimiento fuerte en EE UU. Los años noventa fueron una excepción. Bush ha conseguido la mejor recuperación que se puede comprar. Y creo que es sólida aun cuando no se vayan a crear los millones de puestos de trabajo que promete".
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