Entre tinieblas
La irregular obra de Edgar Allan Poe, exquisito cuando se refugia en el psicologismo (La carta robada, Los crímenes de la calle Morgue...), fascinante cuando recurre al relato de aventuras, resulta menos atractiva cuando recrea el relato gótico de misterio, es decir, cuanto más cree acercarse a lo fantástico. Es el primer escollo de este homenaje que Dagoll Dagom rinde, bajo forma de musical, a la figura del gran escritor norteamericano. Hay muchos Poe, y cada uno de ellos mantiene con el resto una relación tan sutil como poco clara, de manera que resulta difícil establecer una dramaturgia que trata de la estampa de la obra del autor desdeñando en cierto modo la enormidad de las diferencias de registro que laten en su interior.
Poe
Intérpretes, Rosa Galindo, Óscar Más, Sergi Albert, Carlos Gramaje, Rosa Serra, Ferran Frauca... Iluminación, Toni Rueda. Vestuario, Mercè Paloma. Escenografía, Josep Rosell. Sonido, Jordi Bonet, Óscar Maza. Música, Óscar Roig. Dirección Musical, Gustavo Llull. Dirección, Joan Lluís Bozzo. Teatro Principal. Valencia.
Así las cosas, y dando por sabida la profesionalidad de Dagoll Dagom, hay que decir que este Poe alcanza su objetivo a medias. Primero, porque para montar una opereta sobre la vida o la obra de algún personaje célebre hay que seleccionar con acierto qué criterios van a seguirse acerca de una obra que, para el lector, es bastante dispersa. Y segundo porque un homenaje de este calado debe responder a una cierta majestuosidad, en concordancia con la altura del personaje de referencia elegido, que aquí no siempre se cumple. El resultado es una especie de vistosa amalgama, que empieza con gran alarde de sonido para terminar con un gran efecto teatral, todo bajo el aliento del relato gótico, donde la diversidad de la vida y la obra de Edgar Allan Poe quedan en un dudoso segundo plano, y en el que algunas soluciones escénicas carecen del poderío evocador de los textos que le sirven de pretexto. Poe es, con todo, un musical de altura, aunque fallido a la hora de elegir un hilo conductor (más allá del tiempo dedicado al enfrentamiento entre Roderic y el Doctor Valdemar) para calibrar la aproximación al relato de un personaje que era a la vez todos los personajes posibles.
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