"Lo más urgente es racionalizar el gasto"
Vinculado al teatro desde sus tiempos de estudiante, traductor de Shakespeare y de otros muchos autores contemporáneos, profesor de la Universitat de València, editor de colecciones de textos dramáticos y escénicos, cofundador de Dramaturgia 2000, Juan Vicente Martínez Luciano (Alicante, 1955) ha sido nombrado director general de Teatres de la Generalitat en sustitución de Joaquín Hinojosa y tiene ante sí un reto apasionante.
Pregunta. La situación del teatro valenciano ¿es tan dramática como la describió su antecesor?
Respuesta. Estoy seguro de que no es así. En primer lugar, porque hay muchos ejemplos que indican lo contrario. Piense, por ejemplo, en Un enemic del poble, que ha girado por España con un enorme éxito. Cuando hay un buen equipo, y yo estoy seguro de que aquí hay muy buenos equipos y excelentes profesionales, la situación no puede ser preocupante. No puede serlo cuando aquí hay nombres como Pavana, o Moma o Albena, entre otros. No voy a entrar en mis gustos personales, pero no hay duda de que estamos ante un cierto nivel. Y no sólo en lo que tiene que ver con actores o directores. También en producción disponemos de muy buenos profesionales, lo mismos que en otras facetas de los oficios escénicos, como escenógrafos, iluminadores o figurinistas. Todo ese magma de creatividad, que en mi opinión está muy vivo, está obligado a tenerlo muy presente Teatres de la Generalitat. Trabajar con lo que tenemos mientras tratamos de potenciarlo.
"Las producciones propias son la insignia básica de un organismo de esta clase"
P. Se supone que hay bastantes cosas que cambiar en Teatres de la Generalitat, de lo contrario sería superfluo el relevo. ¿Podría hacer un resumen de las líneas de trabajo que se propone desarrollar?
R. Diría que lo más urgente es racionalizar el gasto. Es preciso unificar la dispersión de esfuerzos, en el ámbito de toda la Comunidad. Porque es necesario integrar a toda la Comunidad en nuestros propósitos. Valencia es muy importante, desde luego, pero hay que pensar qué se hace en Alicante, qué se puede hacer en Castellón, y eso a muchos niveles de actuación. Teatres debe contribuir a vertebrar esta Comunidad desde la escena. Se trata de dibujar nuestro mapa escénico con todo detalle y ver cómo diseñar soluciones a los problemas que existen. Además de reforzar nuestras relaciones con las universidades. Le hablaba antes de la dispersión. Creo que se pierden muchas energías en cuestiones que a menudo carecen de importancia. Evitar eso es también una de nuestras obligaciones.
P. Todo el mundo coincide en que las producciones propias conforman las señas de identidad de un teatro público. ¿Piensa potenciar esa línea de actuación?
R. Por supuesto. En el origen de Teatres está el Centre Dramàtic, que en su buen época producía hasta ocho montajes por temporada, algunos de ellos excelentes. No es una cuestión de nombres, pero desde luego que el diseño de producciones propias es la insignia básica de un organismo de esta clase. Incluso es preciso considerar, por toda clase de razones, la posibilidad de coproducir con otros teatros públicos, tanto para abaratar costes como para asegurar una mayor presencia de nuestras producciones en escenarios distintos a los valencianos. Por otra parte, una entidad como Teatres no puede limitarse a producir y a exhibir. Son muchas las actividades a desarrollar para que el ciudadano viva el teatro, la escena, como cosa propia. Y eso debe ser alimentado, no se improvisa a tirones. Estoy persuadido de que el teatro, la escena en general, porque tenemos también al Centre Coreogràfic, que desarrolla una labor fantástica, debe situarse al menos al nivel de otras actividades artísticas que son más conocidas en este momento por el público.
P. No lo va a tener fácil. Por ejemplo, buena parte de la profesión cree que debe estrenar en el Principal de Valencia.
R. El Principal es el primer teatro de nuestra Comunidad, y ese rango hay que desarrollarlo. Creo que en los últimos años quizás ha decaído un poco, pero merece una atención especial. Eso no quiere decir que esté vedado para las compañías valencianas, pero sí que debe programar montajes de una calidad contrastada, cualquiera que sea su origen. Yo no puedo olvidar que en esa sala vi por primera vez un montaje de Tadeusz Kantor, por ejemplo.
P. Usted viene de la investigación, la difusión teatral, la traducción. ¿Está cómodo en la perspectiva de pasar a la gestión?
R. Bueno, ya hice gestión en la Universidad, en las celebraciones de Cinc Segles. Y con muy poco dinero, por cierto. En cierto modo, la función que ahora desempeño viene a continuar mi trayectoria. Y créame si le digo que es un paso muy ilusionante. De lo contrario, no habría aceptado. Me estimula considerar el trabajo que me espera. Me encantan los retos tranquilos, y éste supone en cierto modo reactivar una dedicación a la que he destinado casi toda mi vida adulta.
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