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Entrevista:CELSA PICO | Magistrada del Tribunal Supremo

"El Gobierno minusvalora la justicia"

Pregunta. ¿Qué entra de nuevo con usted en el Supremo?

Respuesta. Una magistrado más joven que la media, de la periferia, y con perspectivas quizás más amplias de miras.

P. ¿Usted también tiene manía al Constitucional o no le ha dado tiempo a cogérsela?

R. Nunca se la he tenido. A veces se ha producido algún conflicto entre la Sala Primera -no la Tercera, que es la mía-, y el Tribunal Constitucional. Pero no creo que haya manías.

P. En una escala de cero a diez, ¿cuánto diría que controla el Gobierno al poder judicial?

R. Yo nunca me he sentido controlada, ni por éste ni por ningún otro Gobierno. Lo que sí he sentido es que minusvalora la justicia, por la ausencia de medios para que ésta funcione.

P. Ya puesta, ¿no le hubiera apetecido más la Sala de lo Militar?

R. Sí. Sobre todo porque controla disciplinariamente también a la Guardia Civil. Y el régimen de ésta es bastante duro, y necesita interpretaciones más acordes con la realidad. Pero hubiera sido quizá un golpe...

P

. ... ¿De Estado?

R. Pues sí [ríe].

P. En la última promoción de jueces ha entrado un 60% de mujeres. ¿Se notará?

R. En la adecuación a la realidad, pienso que sí.

P. ¿Por qué salen tanto los jueces en los periódicos?

R. Porque de vez en cuando hay resoluciones que llaman la atención.

P

. ¿Con qué sentencias alucina?

R. Hay algunas sorprendentes, como las que hacen referencia al contexto ropa femenina. En las sentencias en general no hay referencia a la ropa masculina.

P. ¿Un juez debe mojarse?

R. Debe situarse en la realidad social del momento.

P. Es conocido su amor por la montaña. ¿Quién ha sido su sherpa para llegar al Supremo?

R. Pues yo creo que mi trabajo de estos veinticinco años.

P. Mucho escalar y mucho ir al Himalaya. Pero ¿ha conocido al Yeti?

R. No. Y los amigos que han hecho más cumbres me dicen que nunca se lo han encontrado.

P. ¿Cree que será muy distinto a Jesús Cardenal?

R. Hombre, por las referencias, yo creo que el Yeti es un poco más voluminoso. Jesús Cardenal es muy menudo.

P. ¿En qué tiene usted más arte?

R. En ser abierta a la sociedad.

P. ¿Y de actividades festivas?

R. Bailar no es precisamente la mía. Como anfitriona, creo que soy agradable. Como deportista, me considero en la gama media. Soy melómana, pero cantar no canto.

P. ¿Y qué escucha?

R. Por la generación a la que pertenezco, me gustan la música folk y la contestataria: Lluis Llach, Paco Ibáñez, Bob Dylan.

P. ¿En España qué aspecto necesita que se le meta más mano?

R. La atención social está bastante descuidada: atención médica, escolar, de la tercera edad.

P. ¿Qué es lo que no perdona?

R

. La traición.

P. Elija personaje: Garzón, Jiménez de Parga, Michavila.

R

. ¡Uy! [Pausa] Creo que Garzón - y no lo digo en plan corporativo- ha hecho una labor importante, sobre todo en las actuaciones contra Pinochet. Su empecinamiento, con ayuda de algún fiscal progre de la Nacional, ha hecho mucho para que determinadas conductas no quedaran exoneradas.

P. ¿Qué consejo daría al ministro de Justicia?

R. Que no diga que la justicia va bien y que hay suficientes jueces en España.

P. ¿A qué político se llevaría a subir un cincomil?

R. El problema no es sólo el ejercicio, sino la convivencia. Se tiene que tener un espíritu de sacrificio. Aznar, pues no parece muy flexible; a Rajoy se le podría quizás tratar, dado que mis ancestros son gallegos, para verle el punto de la sorna. Maragall podría ser un compañero. Zapatero, también.

P. Por lo que dice, se encuentra a Aznar en el Himalaya y, salvando tamaños, piensa que está finalmente ante el Yeti.

R. Hombre, pues quizás.

P. ¿Copla, bolero o rock?

R. Yo soy más del rock and roll.

P. ¿Esto de lo Contencioso no es aburridísimo?

R. Eso es lo que dicen los ajenos. Pero no es así. Tenemos materias que afectan a todos. Ahora, entre otros recursos, el del yogur: si debe ser pasteurizado o no.

P. ¿Y qué opina de tan complejo asunto?

R. Pues no puedo anticipárselo, porque aún no lo he visto.

La nueva magistrada del Supremo, Celsa Pico, dispuesta a superar las cumbres de expedientes como suele hacer con las del Himalaya.
La nueva magistrada del Supremo, Celsa Pico, dispuesta a superar las cumbres de expedientes como suele hacer con las del Himalaya.LUIS MAGÁN

PERFIL

Celsa Pico -que no Picó, porque el apellido es gallego y no catalán, según explica- tiene 52 años y acaba de ser elegida magistrada del Tribunal Supremo, segunda mujer que accede a él. Aficionada a la montaña, el esquí, la lectura, la música y a pasear con los amigos, opina que la risa es un buen método para superar los conflictos.

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