Barcelona tendrá 40 hectáreas más de zona verde en cuatro años

Barcelona tendrá 40 nuevas hectáreas de zona verde cuando acabe la presente legislatura. La mitad de dicha superficie estará ubicada en el parque Lineal de la Sagrera y el resto entre la Illa Philips, los jardines de los antiguos Almacenes Sepu, la Torre Vilana, el parque de Bederrida, las cocheras de Horta, la avenida de García Faria y el parque dels Auditoris (inmediaciones del sector Fòrum de 2004).

Estos nuevos espacios serán la principal novedad del plan de actuación municipal (PAM) de parques y jardines presentado ayer por el alcalde de la ciudad, Joan Clos, y la teniente de alcalde Imma Mayol. El Ayuntamiento invertirá en total 40 millones de euros.

El plan municipal prevé la recuperación del cauce del Besòs y la ampliación de los corredores verdes; es decir, las franjas de vegetación que unen entre sí los 67 parques de la ciudad. Estos corredores facilitan los desplazamientos de algunas especies de la fauna urbana.

Las ardillas podrían volver a formar parte del paisaje natural de algunos puntos barceloneses, como el parque de los Tres Turons, donde ya las había habido y se está estudiando si sería conveniente repoblarlo con este roedor.

Las 200 áreas de juegos infantiles diseminadas por la ciudad que actualmente no cumplen la normativa europea en materia de seguridad se adaptarán a la misma y se crearán 10 más, a razón de una por distrito.Las zonas infantiles serán rehabilitadas de modo que puedan acceder a ellas todos los niños, incluidos los que padecen alguna discapacidad física o sensorial. La eliminación de barreras arquitectónicas en 11 parques también se prevé para el presente mandato, así como extender a todos los distritos barceloneses la experiencia de los huertos urbanos. Actualmente funcionan seis, que han tenido buena acogida.

El paso del tiempo y cierta dejadez empiezan a notarse en parques construidos hace unos 20 años, que precisan ya una rehabilitación a fondo. Los 12 que se rejuvenecerán en los próximos cuatro años son el parque de Joan Miró, el Laberint d'Horta, el parque del Turó de la Peira, el del Guinardó, el de la Ciutadella, el del Turó de Monterols, los jardines del Palau de Pedralbes, los de Costa i Llobera, los de Mossèn Cinto Verdaguer, el parque de Pegaso, el de las Aigües y el Güell. El mantenimiento de los espacios verdes será una de las prioridades del gobierno local, según señalaron ayer el alcalde, Joan Clos, y la teniente de alcalde Imma Mayol al presentar el plan de actuación de Parques y Jardines.

Entre este año y 2007 se plantarán un total de 15.000 árboles. De los 155.000 árboles que integran la masa arbórea de la capital catalana, el 20% deberán arrancarse por estar en mal estado o ser demasiado viejos. Mayol explicó que potenciarán las especies con más historia o que gozan de mayor implantación en cada barrio, así como las que se adaptan mejor a las características del lugar de que se trate.

Los botánicos consideran conveniente aumentar la distancia mínimas entre los árboles para que no sea inferior a 5 o 7 metros, lo que con frecuencia no se respeta por razones estéticas. La excesiva proximidad impide que los árboles se desarrollen bien.

Para combatir el abandono de animales domésticos, se desarrollarán diversos programas. En los parques, los patos de granja se han ido sustituyendo por otra especie de cuello verde que, a diferencia de los primeros, se alimentan ellos mismos y no se dejan atrapar fácilmente. En algunos estanques, como el de la Sagrada Familia, aparecieron patos de granja abandonados por particulares, mientras que en otros puntos, como el parque de la Espanya Industrial, ocurrió justo lo contrario: la colonia de patos de granja mermó en algunas ocasiones, se supone que porque los cogían para cocinarlos. Los de cuello verde se consideran más a salvo porque su carne es menos sabrosa.