La campaña 'Posa't guapa' ha renovado casi un tercio de las fachadas de Barcelona en 18 años
El Ayuntamiento constata el aumento de peticiones de ayuda para la reforma de interiores
La instalación de ascensores y de doble cristal en las ventanas aumentó en Barcelona el 35% en 2003 respecto al año anterior, según datos del Ayuntamiento de Barcelona. Así, el Instituto Municipal del Paisaje Urbano señala que el año pasado la reforma de fachadas supuso la mitad de las rehabilitaciones llevadas a cabo por el esta entidad, mientras que cada vez hay más ciudadanos que solicitan ayudas para rehabilitar el interior de las fincas. Desde que hace 18 años se puso en marcha la campaña Barcelona posa't guapa, el Ayuntamiento de Barcelona lleva rehabilitado cerca del 30% del total de inmuebles de la ciudad, que consta de 82.316 edificios.
Si se mantiene el ritmo actual, el municipio calcula que dentro de 12 años se habrá intervenido en la totalidad de los edificios. El Eixample, Ciutat Vella, Sants-Montjuïc y Gràcia siguen siendo con diferencia los distritos que más se han beneficiado de las subvenciones porque en ellos se ha realizado el 59% de las obras.
El tercer teniente de alcalde,Jordi Portabella (ERC), destacó ayer que los barceloneses cada vez valoran más las mejoras en los accesos a sus viviendas: los vestíbulos y, de manera especial, los ascensores. Este tipo de actuaciones resultan menos visibles que los arreglos de fachada y son más problemáticas porque cada inmueble precisa un elevador distinto y no siempre todos los vecinos ven la necesidad de instalarlo.
La inversión del Instituto Municipal de Paisaje Urbano para este año es de 5,4 millones de euros -el año pasado fue de 4,8 millones-. Portabella señaló que por cada euro que la municipalidad invierte en rehabilitar, los particulares aportan 11. Se producen dos tipos de actuación, la inducida por los bomberos o por la Guardia Urbana en las fincas en mal estado, y las que deciden ejecutar los propietarios y solicitan a la Administración local que sufrague la parte que corresponda.
El control de la publicidad en la vía pública merece cada vez más atención por parte del consistorio. Se ha logrado reducir en un 35% el número de carteles que no se adecuaban a la norma y se prepara un programa informático para facilitar el seguimiento de los que se apropian del espacio urbano sin miramientos.
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