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EL OJO PÚBLICO | ELECCIONES 2004
Columna
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Para el viaje del diálogo sobraba odio

Mariano Rajoy se lo tenía reservado para ayer. Y fue así que mostró uno de sus rostros ocultos en Bilbao, al pronunciar la palabras más sospechosa de la política española: el diálogo. Sí, en efecto, no habló del diálogo a secas. Tanto la televisión pública como las privadas retransmitieron las imágenes desde el palacio de Euskalduna, donde 1.500 personas acudieron a su mitin. El candidato del Partido Popular leyó escrupulosamente sus propuestas. Con el País Vasco, para tomar una expresión que suele repetir una y otra vez, no se bromea. Según explicó, es su intención "regenerar" el diálogo político "adulterado" por el nacionalismo vasco. Pero al mismo tiempo, abrazó, por así decir, una idea, la de "explorar" nuevos cauces que lleven garantizar a los vascos "un mejor autogobierno y autonomía". Siempre, claro está, por los "cauces institucionales" previstos.

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"Yo estoy con el Estatuto de Autonomía que aprobaron la mayoría de los vascos. Me comprometo con la autonomía y me comprometo a explorar, por los cauces institucionales que correspondan, cómo desarrollar un mejor autogobierno y una mejor autonomía del País Vasco, sabiendo distinguir y diferenciar el significado de la expresión 'más autogobierno'. Quiero impulsar un mejor autogobierno, una mejor autonomía", subrayó. Por supuesto, Rajoy hizo público también su "compromiso personal" con las víctimas del terrorismo y prometió defender la Constitución a capa y espada.

¿Es coherente este desvío en el discurso del candidato popular? Sí y no, según se mire. Es coherente con la necesidad de votos, esto es, mantener o incrementar su base electoral en el País Vasco. Es coherente, pues, con el marketing político. Pero no lo es con las alforjas que el candidato popular había cargado en su viaje de campaña electoral. Durante una semana ha atacado sin piedad a su rival, José Luis Rodríguez Zapatero, por el hecho de que el PSOE no sabe lo que quiere, entre otras cosas, por capitular, según los populares, ante los nacionalistas. Y, ahora, en Bilbao, Rajoy ha dicho aquello que él cree muchos vascos querían escuchar. Hay que leer, parafraseando a George Bush padre, en 1988, los labios de Mariano Rajoy.

En el telediario de TVE, nueve de la noche, pasaron ayer extractos de los discursos de Rajoy en Bilbao y en Tenerife, mientras que sólo se pasó la imagen de Zapatero, también en Tenerife. En un mitin ante cerca de 4.000 personas, el líder socialista mantuvo el tono habitual de sus intervenciones, con énfasis en aspectos positivos y negativos. "Hay que cambiar muchas cosas", dijo, pero no le costó reconocer que "aquello que está bien permanecerá". Pero se comprometió a dirigir una nueva etapa política que recupere los "mejores valores" de la diversidad, concordia y pluralidad, y a unir a todos los demócratas contra ETA. En este sentido, fue leal con lo que ha venido defendiendo.

En la campaña de Andalucía, el PP también sufrió cierto quiebro en su monolítica campaña. El Consorcio de la Zona Francia de Cádiz, cuya presidenta es Teófila Martínez, la candidata a presidir la Junta de Andalucía, aclaró ayer que no respalda y condena las irregularidades destapadas por el Tribunal de Cuentas. Días pasados, la candidata Martínez había ensayado una defensa numantina.

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