El Parlamento vota contra la reforma europea de las ayudas a tabaco, aceite y algodón
El Parlamento Europeo desautorizó ayer los drásticos planes de reforma del comisario Franz Fischler para el aceite de oliva, el algodón y el tabaco al proponer una menor desvinculación entre pagos y producción y, por tanto, una mayor exigencia de mano de obra para poder recibir ayudas económicas. Los eurodiputados españoles recibieron con satisfacción el voto, aunque lamentaron que no hubiera más euros de subvención, y en Extremadura se habló de gran victoria. La opinión de la Eurocámara no es vinculante, pero un portavoz de Fischler indicó que el comisario actuará en el futuro con espíritu de compromiso.
Los parlamentarios se manifestaron por 271 votos contra 216 y 136 abstenciones contra el programa reformista de Fischler, cuyo radicalismo alcanzaba el máximo en el sector del tabaco. El comisario de Agricultura proponía disociar totalmente la ayuda económica de la producción, lo que se traduciría en la pérdida de miles de puestos de trabajo en zonas tan económicamente necesitadas como Extremadura. Los europarlamentarios reaccionaron a los argumentos que hacían valer el coste socioeconómico de la medida y aceptaron que sólo el 30% de las ayudas al tabaco estén desligadas de la producción y que el restante 70% dependa de lo cosechado. Ello supone la pervivencia del cultivo, del que en Extremadura dependen directamente 20.000 familias, a las que hay que sumar muchos miles más de empleos en sectores auxiliares.
Europa está dividida, con los países nórdicos firmemente opuestos, a desembolsar un euro de ayuda por un producto estigmatizado y que ellos no cultivan. España, tercer productor europeo, tras Grecia e Italia, mantiene que apenas la cuarta parte del tabaco que se consume en la UE es de producción europea y que la desaparición sólo hará que el 100% del consumo dependa del exterior.
Para el algodón, que también genera numerosos empleos pese a estar en recesión en Europa y cultivarse en España sólo en una parte de Andalucía, los eurodiputados pidieron que el 80% de las ayudas estén relacionadas con la producción, el doble de lo deseado por Fischler, de modo que sólo el 20% sea a fondo perdido, frente al 60% de pago único previsto por el comisario.
El dictamen también pide que la desvinculación de la ayuda para el sector olivarero sea "como mínimo" del 60%, lo que da flexibilidad de actuación a los Estados siempre que no se ponga en peligro la producción. El 40% restante de los fondos queda vinculado a condiciones medioambientales, socioeconómicas y de calidad.
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