"Si IU vota a Zapatero, asumirá su último error"
Luis Carlos Rejón (Baena, 1951) afrontaba su última etapa como diputado, pero no renovó su escaño en el Congreso. Deja claro que sólo iba a hablar en el seno del partido, pero como sus compañeros han hecho manifestaciones, él las hace también. El 1 de abril se incorpora como profesor en la Escuela Profesional de la Sagrada Familia de Baena, un centro concertado jesuita. Dice que no estará al margen de la política.
P. ¿Es este el peor trago de su carrera política?
R. No, a nivel personal fue la derrota de 1996 y a nivel político, como sentimiento de injusticia electoral, fue en octubre de 1982.
P. Ha dicho que se lo esperaba.
R. Sí. Creo que la torpeza, la ceguera o el incienso que algunas personas han echado impidieron ver los malos resultados de las municipales en el Estado y Andalucía, con excepción de Córdoba, e incluso el estancamiento en la segunda vuelta de Madrid. Era un aviso de que algo estaba fallando. A los que fuimos críticos con aquellos resultados se nos dijo de todo. El tiempo nos ha dado la razón. Le echaron demasiado incienso a Gaspar [Llamazares], que fue de los más críticos con los resultados, con aquello de que había que dar otra impresión.
"La gente nos castigó poco con la pinza, porque defendíamos un proyecto propio"
"Hay que montar algo contra la hegemonía del PSOE, pero no sé qué"
P. ¿Cuál es el problema?
R. El electorado no es que no nos mire, es que no nos ve. Son cuatro o cinco años sin perfil, sin delimitar el proyecto político y eso se paga. Sí, ha funcionado el voto útil, pero ¿por qué no ha funcionado con Esquerra Republicana, Iniciativa per Cataluña o Ezker Batua en el País Vasco? El voto útil ha funcionado porque no había imagen propia. Le hemos dicho a la gente que lo importante era ganarle al PP indistintamente de que lo hiciera el PSOE. Es una tontería decir que hemos derrotado al PP. Para derrotar a una fuerza política hay que quitarle votos o escaños.
P. ¿Qué influencia ha tenido la campaña de IU?
R. El PSOE ha planteado de una manera inteligente el derecho a algo mejor, tras perfiles groseros del PP, de chulería, de desprecio a las mayorías. Y nosotros aparecimos pidiendo una parcelita dentro del cambio y no para ayudar al cambio, sino para gobernar. En las elecciones se eligen parlamentos, no gobiernos. Llamazares hasta nombró ministros a Felipe Alcaraz y Rosa Aguilar. La gente lo que piensa con eso es que queremos un cachito. IU no ha dado los argumentos para votar a IU y se lo ha puesto facilísimo al PSOE. He intentado abrir crítica al PSOE y me miraban como a un bicho raro.
P. ¿Qué debe hacer IU?
R. Se dice que hay que refundar IU, pero ¿hacia dónde? Hay que construir un partido con una estructura organizativa totalmente nueva que suelde la importante fractura entre la izquierda institucional, la partidaria, y los nuevos movimientos. Eso hay que soldarlo con elementos radicales. En primer lugar hay que definir al PSOE de otra forma que regalándole el marchamo de izquierdas desde IU. En técnicas electorales, lo que hemos hecho no se le ocurre ni al que asó la manteca. El PSOE no es de izquierdas, nosotros sí, lo que no quita llegar a acuerdos con ellos. Pero es cuestión de definirlo. Es un problema de ubicarnos y definir donde están los demás.
P. ¿Se puede recuperar IU?
R. En 1982 nos recuperamos porque había detrás un Partido Comunista bien organizado, generoso e inteligente, que supo crear IU; había ciertas deudas que se podían tapar; y todo el mundo nos reconocía. Ninguno de esos tres elementos se da ahora.
P. Usted se va, ¿Qué deben hacer sus compañeros que han perdido sus escaños?
R. No dejo la política, sí la institucional, pero la enseñanza me dejará tiempo para la política. Lo que haga Alcaraz o Centella me parece muy bien, pero considero muy sano a nivel personal y a nivel político que la gente vea que no te estás agarrando a un sillón y que de aquí salto allí. Creo que no es así. Yo me iba a ir dentro de cuatro años y lo hago ahora.
P. ¿Qué sabor queda cuando el candidato de IU a presidir la Junta no sale elegido?
R. Hay que reconocer que Diego Valderas fue valiente al presentarse por Huelva y ha estado a punto de salir. Pero no es un problema de personas, era un proceso de sangría impresionante escrito con antelación. Es una cuestión de marketing político y si no te gusta, te darán tortas continuamente.
P. ¿Habría que volver a los tiempos de la pinza?
R. No es que defienda la época de la pinza, pero la gente nos castigó poco, nos dejó de votar entre 50.000 y 70.000 electores porque defendíamos un proyecto autónomo. Yo dimití con un 14,5%, que ahora es el sueño de una noche de verano.
P. ¿Valderas debe dimitir?
R. A mi me suena a cachondeo poner el cargo a disposición del partido, que siempre lo está. O se dimite o no se dimite. Si hay una salida es que los dirigentes dirijan un proceso de reflexión sin cainismo, sin cartas marcadas y sin tabúes. Que todo se analice y haya conclusiones colectivas. Si después de eso hay respaldo, que siga. La dimisión o no es el final de un proceso. Quitar a Diego [Valderas] o a Gaspar [Llamazares] para poner a alguien de sus equipos no me soluciona nada. Quiero que Diego, que se ha remontado en la campaña, diga que se abre un debate.
P. ¿Las disputas internas de IU tienen que ver con los resultados?
R. El Partido Andalucista se ha partido por la mitad, ha ido en dos partidos y ha mantenido el grupo parlamentario. Más crisis que ha pasado Ezker Batua no ha tenido nadie, incluso con críticas desde IU, y ha subido. Tenemos que tener perfil. Quiero ver la investidura. Si IU vota a Zapatero por ser una parte del cambio, IU habrá asumido el último escalón de su error. A lo mejor a partir de ahí la presencia de IU empieza a ser una carga para sus electores.
P. El PP también se ha descalabrado, ¿Se acabó el tiempo de Arenas como líder del PP en Andalucía?
R. No quiero opinar sobre otras fuerzas políticas. Arenas tiene un protagonismo fuerte con la cesión de poderes, pero no lo sé. Para mí, Teófila Martínez no era la candidata. Pero la gente no aguanta tomaduras de pelo. El PP fue castigado por la gestión miserable de la información tras los atentados. Al ver la concentración ante la sede del PP en Madrid, llamé a mi hijo para que llamara a sus amigos y yo no fui por no dañar a mi partido, pero estaba con la gente. La ciudadanía quería ir a 200 kilómetros por hora y nosotros le decíamos que a 40 cuando dirigentes de IU daban orden de frenar las convocatorias. Fue una malentendida idea de lo políticamente correcto.
P. ¿Cómo ve Andalucía con la mayoría absoluta del PSOE?
R. La política seguirá más estancada si cabe que en estos últimos ocho años. Aunque no sea política, la vidilla que daba la confrontación con el Gobierno central se acabó. En el momento en que Andalucía necesita más nervio nos encontramos a un PSOE sin modelo de cambio. Ahora será más autocomplaciente consigo mismo y su mayoría absoluta. La concordancia política no dio beneficios entre 1982 y 1996 y no los dará ahora.
P. Entonces, ¿cuál es la salida?
R. En Andalucía hay que montar un bloque regenerador que cuestione la hegemonía mortecina y clientelar del PSOE en Andalucía. Hay que montar algo, pero no sé qué. Yo no pienso dejar la política, en IU o donde sea. Los partidos son herramientas y si no sirven busco otras.
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