Un jugador comprometido
Oleguer, central del Barça, defiende ideas antiglobalización y catalanistas
En las calles de Barcelona, miles de personas expresaron ayer su repulsa a la guerra de Irak. Si alguien vio a Oleguer Presas no debería extrañarse. "Soy una persona comprometida socialmente, porque, como ciudadano, no puedo sentirme ajeno a lo que me rodea", suele definirse el dorsal número 32 del plantel que dirige Frank Rijkaard.
No sería raro, tampoco, que aprovechara para estudiar el tiempo que le dejó libre el final del entrenamiento matutino en el Camp Nou y la hora fijada por Rijkaard para concentrarse de cara al partido de hoy ante la Real Sociedad. Le faltan horas para estudiar, pero no se agobia: "Si me saco tres, tres serán", asume este estudiante de quinto de Económicas en la Universitat Autónoma de Barcelona, a la que acude en tren desde Sabadell, donde nació hace 24 años.
Anda preparando un estudio sobre la problemática económica en América Latina y por eso acaba de devorar Las venas abiertas de America Latina de Eduardo Galeano, -"brutal", asegura- mientras anhela un rato para empezar el último de Noam Chomsky. "Puede que por su pinta no lo parezca, pero es un futbolista de los pies a la cabeza", le reconoce Ros, su compañero en el filial, que le defiende de quienes piensan que ha llegado hasta donde está sin querer. "Lo primero es el Barça, pero hay tiempo para otras cosas", confiesa quien una tarde sorprendió a Motta: "Le pedí el número de teléfono móvil ¡y no tenía!", confiesa el italo-brasileño. Él dice sentirse inquieto por el aumento de la violencia de los grupos de cabezas rapadas en Sabadell. "Es cada vez más evidente. Me afecta a mí y a mis amigos", explica. Comprometido con grupos antiglobalizadores, a Oleguer se le señala como estandarte de la Cataluña emergente, la reflejada en los últimos resultados electorales.
Por su particular compromiso, hace tres años casi se le escapa el tren del Barça. "Se empeñó en conseguir que el Sant Gabriel [modesto equipo de Sant Adrià donde empezó] sacara tajada de la operación", recuerda Rafa Anguita, su representante. Al final, el tigre, como le conocían en Santa Coloma, aterrizó en el Barça, porque la Gramanet cedió parte del traspaso. Con Van Gaal debutó en Málaga en enero de 2003. Casi un año después, Rijkaard, apostó por él, para sustituir al lesionado Puyol. El sitio es suyo desde aquel día. Líder y capitán del filial, en el vestuario del primer equipo "mira y calla", pero sobre el césped "te aseguro que grita y manda", atestigua Xavi. Oleguer, mientras, estudia, escucha a Dusminguet y Cheb Balowsky, publica artículos en fanzines de acento catalanista y trata de ganarse la renovación en el Barça.
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