La UE rechaza dividir Kosovo en cantones como pretende Serbia

Serbia querría dividir Kosovo en cantones, aunque temporalmente y sin cuestionar el estatuto final de la provincia, que fue escenario la semana pasada de los peores disturbios étnicos desde el fin de la guerra en 1999. El nuevo primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, lo insinuó ayer en Bruselas durante sus encuentros con el presidente de la comisión, Romano Prodi; el comisario de Exteriores, Chris Patten, y el Alto Representante de la UE, Javier Solana.

Solana visitará hoy durante varias horas Pristina, la capital kosovar, y se reunirá con el Gobierno y los dirigentes de las comunidades albanesa y serbia. Kostunica se encontró en Bruselas con un no rotundo de los europeos a alterar la resolución 1.244 de la ONU por la que esta provincia de Serbia, de mayoría albanesa, está bajo la administración civil de la ONU y militarmente en manos de la Kfor, la fuerza multinacional de la OTAN.

"Nuestro mensaje es claro: la UE está en contra de cualquier plan que suponga cantonizar Kosovo", afirmó una fuente diplomática al comentar el almuerzo de trabajo que Solana y Kostunica mantuvieron antes de que el primer ministro serbio se trasladara a la Alianza Atlántica para visitar al secretario general, Jaap de Hoop Scheffer, recién llegado de Pristina. "No tiene nada que ver con el estatuto final, simplemente sería una manera de prevenir nuevos brotes de violencia", había declarado antes el primer ministro serbio tras manifestar ante la prensa en presencia de Prodi que Belgrado vería con buenos ojos la división en cantones del territorio. Más tarde se refirió de modo confuso a una descentralización de la provincia.

Lo que está claro es que en esta ocasión se responsabiliza a la mayoría albanesa de los gravísimos disturbios contra la minoría serbia en los que murieron una treintena de personas.

Anoche, un policía de la ONU y otro local morían en un ataque al norte de Kosovo, según informó France Presse. "Ahora lo importante es ver cómo calmar la tensión y en eso todos estamos de acuerdo", dijo Solana tras almorzar con Kostunica. El Alto Representante expresó el deseo de que exista "un Kosovo multiétnico, en el que las minorías tengan derecho a vivir en paz. Lo que hemos visto estos días, la destrucción de propiedades, la violencia, es algo que no debe ocurrir más". La UE ha exigido la detención y el procesamiento de los responsables.

"La violencia no va a reportar ningún fruto a quienes la han causado ni tampoco facilitará ningún atajo para acelerar una solución de independencia", afirmó una fuente diplomática europea. Debatir sobre el estatuto final de Kosovo es considerado "muy prematuro" por la UE. "Cuando ves lo ocurrido la semana pasada te das cuenta cuánto queda aún para estabilizar el territorio", confesó un diplomático. Bruselas está muy satisfecha del "comportamiento responsable" de Belgrado en la crisis al haber evitado en todo momento instigar la ira serbia.

La crisis no sólo ha dejado dañada la responsabilidad política de los dirigentes albanokosovares, sino también la credibilidad del plenipotenciario de la ONU en Kosovo, el finlandés Harri Holkeri, que no supo prevenir la amenaza, así como la de la Kfor y como consecuencia de la OTAN. Su secretario general reconoció ayer tarde en un brevísimo encuentro con la prensa y ante una glacial mirada de Kostunica, que "quizá en un primer momento nos pilló desprevenidos. Fue una acción orquestada. Hicimos lo que pudimos porque los focos de tensión venían de todos los flancos, pero luego reforzamos la Kfor". El contingente de unos 17.500 soldados se ha visto incrementado con otros 2.000 efectivos. Amargo consuelo para una organización que se aprestaba a rebajar la vigilancia de la provincia y a traspasar el mando de las tropas en Bosnia a finales de año a la UE.