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LA PRINCIPAL ASOCIACIÓN DE INMIGRANTES ALERTA DE LA SITUACIÓN EN ESPAÑA | LA OFENSIVA TERRORISTA | Las propuestas de los musulmanes

Los marroquíes piden a Zapatero un consejo islámico que controle imames y mezquitas

La Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) tiene la intención de proponer al próximo Gobierno socialista, "de manera prioritaria", la constitución de un "consejo islámico" elegido democráticamente, según declaró ayer a EL PAÍS el presidente de la organización, Mustafá El Mirabet. Este organismo sería el encargado de supervisar las mezquitas y designar a los imames que las dirijan. "Se acabó la tolerancia con los iluminados que lanzan sermones extremistas en los garajes. Las mezquitas que no sean aprobadas por el consejo quedarán fuera de la ley", afirmó El Mirabet.

Diecisiete de los 25 presuntos responsables de la masacre del 11-M son ciudadanos de Marruecos. La colonia marroquí en España está compuesta por 333.770 personas en situación regular, según el último balance del Ministerio del Interior. A ellas hay que añadir otras 200.000 que carecen de permiso de residencia y trabajo en España, según el cálculo aproximado de expertos en extranjería. En total, los marroquíes suman más de medio millón, cantidad que supera a los habitantes de la provincia de Zamora y triplica a los de la ciudad de Cádiz.

"Vamos a estar frente a quienes usan el Estado de derecho para atentar contra la convivencia"
"Cuando pueden, los extremistas utilizan las mezquitas para incitar a la violencia"
"Se acabó la tolerancia con los iluminados que lanzan sermones en los garajes"
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El enorme peso de ATIME en este colectivo no es resultado del número de sus afiliados (14.500), sino del activismo de éstos: están en todos los lugares con presencia de marroquíes, asesoran a sus compatriotas en la tramitación de documentos de residencia, gestionan pisos de acogida, les acompañan cuando acuden a la comisaría a presentar alguna denuncia...

Suníes o wahabitas

La organización tiene carácter laico. A pesar de ello, esgrime un aval claro para reclamar la modificación del islam en España: "Los marroquíes sumamos el 90% de los musulmanes que hay en este país", explica El Mirabet. "Somos suníes malekitas; es decir, que nuestra práctica de la religión no es en absoluto radical ni agresiva. ¿Qué sentido tiene, entonces, que la mayoría de los imames que predican aquí sean wahabitas, adoctrinados y pagados en algunos países del Golfo?".

La segunda comunidad musulmana en España es la argelina, con 23.785 personas regularizadas, y la tercera es la de Pakistán, con 17.645. Ambas se encuentran a mucha distancia de la marroquí. Sin embargo, la mayoría de las 45 mezquitas que hay en el país están financiadas por Arabia Saudí, que exporta una interpretación rigorista del islam: el wahabismo. Además, las autoridades no ejercen ningún control sobre los imames de los incontables oratorios instalados en sótanos, garajes y pisos, en los que se reúnen miles de musulmanes para escuchar el sermón de los viernes. Al igual que sucede en Marruecos, esta expansión del wahabismo es consecuencia de una dejación de funciones del Estado, que se ha negado a financiar al islam como hace con la Iglesia católica. El vacío ha sido cubierto por algunos países del Golfo.

El Mirabet denuncia esta situación: "Muchos de los imames que hay en España han sido contratados por los vecinos porque alguien les ha dicho: éste es un buen hombre y sabe del Corán. ¡Es una barbaridad pensar que cualquiera puede adoctrinar a los musulmanes! Cuando han podido, los extremistas han utilizado las mezquitas para incitar a la violencia, y cuando se han sabido vigilados han moderado su discurso". Éste es el caldo de cultivo en el que se habrían movido los responsables de la masacre del 11-M.

"El momento que vivimos exige radicalidad en ciertas cosas, y nosotros vamos a ser radicales en este punto", prosigue El Mirabet. "El Estado democrático de derecho contempla la defensa de las libertades. Y hay algunos extremistas que lo aprovechan para atentar contra la convivencia. Pues bien: vamos a estar enfrente de ellos. Vamos a ser tajantes y consecuentes en la defensa del Estado democrático de Derecho".

"Tenemos que ganarnos de los españoles cierta confianza que en las últimas semanas se ha perdido", asume El Mirabet. "Nos negamos a dar la impresión de que los marroquíes estamos haciendo daño a la sociedad de acogida. El futuro de los españoles es nuestro futuro".

El presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes, Mustafá El Mirabet.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes, Mustafá El Mirabet.EFE

Luces y sombras del plan francés

La propuesta del presidente de ATIME, Mustafá El Mirabet, para acabar con "el islam clandestino" está basada en el ejemplo francés: "La elección democrática de un consejo islámico que, de acuerdo con el Gobierno, nombre a los imames y supervise las mezquitas".

Los pasados 6 y 13 de abril, los musulmanes franceses eligieron por primera vez a sus representantes. Votaron 4.000 delegados nombrados por 995 mezquitas, con el objetivo de cubrir las plazas de miembros de una asamblea general y un consejo de administración del Consejo Francés del Culto Musulmán (CFCM). La iniciativa fue propiciada por el Ministerio del Interior, que impuso que, durante los dos primeros años de funcionamiento del CFCM, un tercio de quienes lo integran hayan sido cooptados por la comisión organizadora.

El CFCM debiera servir para canalizar la voz de los cuatro o cinco millones de personas procedentes de países musulmanes que viven en Francia. El ministerio quiere que el recién creado organismo sirva, pues, para negociar con los poderes regionales asuntos como los permisos para construir mezquitas, la organización de los rituales de la fiesta del Aid el-Kebir o del cordero, de acuerdo con las exigencias sanitarias, el nombramiento de visitadores para hospitales y prisiones, la creación en los cementerios de espacios reservados a musulmanes, la reglamentación del mercado de la carne o la formación de imames.

"La oportunidad de la integración del islam es la de su existencia oficial", declaró el entonces ministro del Interior, Nicolas Sarkozy. "Lo que conviene combatir es el islam de las cuevas y de los garajes, el islam clandestino".

Sin embargo, el resultado del voto no satisface las expectativas del ministerio. La lista más votada, con 16 escaños, es la presidida por el rector de la mezquita de Evry, que recibe ayudas de Marruecos; la segunda, con 14 puestos, está muy próxima a los integristas Hermanos Musulmanes, mientras que la de la mezquita de París, respaldada por Argel, ha tenido que conformarse con seis. A pesar de ello, y gracias a un acuerdo adoptado antes del escrutinio, el primer presidente del CFCM será un personaje dócil y burocrático, Dalil Boubakeur, que lleva años al frente de la mencionada mezquita de París.

El cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París, ha lanzado varias cargas de profundidad contra el CFCM. Considera que "el Gobierno convierte al islam en una religión de Estado".

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