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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Aparcar en las ciudades

Cada día se vuelve más y más difícil poder estacionar el vehículo, mal llamado utilitario, en un lugar aparente para él, que no estorbe y que además sea legal. Y digo mal llamado utilitario porque aunque nació para ser útil a la persona, y cierto es que durante tiempo lo fue, ahora se ha convertido en un verdadero incordio, una molestia insoportable, y para más, es el causante de innumerables muertes al día, a la semana y al mes.

Pero desde luego sólo nosotros tenemos la culpa de no poder dejar nuestro coche en ningún sitio, y esto es provocado por una serie de pautas acumuladas: primero, la inadecuada costumbre de tener el coche en la puerta, algo de lo que podemos ir olvidándonos; y segundo, que cada vez hay más vehículos, y esa situación es más difícil de regular y de compartir; tendremos que terminar por ir los días pares unos y los días impares otros.

Lo que no puede ser es que pretendamos buscar falsos culpables de nuestra desgraciada existencia de la mano de nuestro cochecito; no podemos pensar que los policías municipales de ninguna de nuestras poblaciones son los culpables de que no podamos aparcar, de que nos tengan que denunciar, porque al final en un acto de desesperación abandonamos el terrible utilitario en cualquier lugar.

Hay quien dice, una vez retirado por la grúa, o denunciado sin más, que existen otros que también están mal aparcados; hay quien tacha a los policías municipales de prepotentes y hasta de mal educados, pero no es así: no hacen sino cumplir con su deber, y dentro del cumplimiento del deber no está incluida la de ser el manto de las lágrimas de nadie. Sólo pretenden tener las calles lo más transitables posible, dentro de lo dificultosa que esta labor viene siendo cada día.

Difícil es aparcar. Pero ¿se han podido imaginar alguna vez lo difícil que puede llegar a ser levantarse por la mañana para vestir el uniforme de policía municipal, salir a nuestras calles a intentar regular lo imposible, aguantar improperios de quienes no entendemos que esto del tráfico en las ciudades "se ha desmadrado"?

Entre todos hemos confeccionado una forma de vida que nos lleva a tener prácticamente un coche por persona, y así muy lejos no vamos a llegar. Porque no sólo no podremos aparcar, no podremos ni tan siquiera ir por las calles, un problema que ya se nota hasta en las ciudades pequeñas.

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