Más de la mitad de los niños con Down tienen apnea del sueño
El 56,4% de los niños con síndrome de Down sufren además un síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), según revela un estudio en el que han participado 108 niños, de entre 1 y 18 años, procedentes de la Fundación Síndrome de Down de Madrid y evaluados en el servicio de Pediatría Social del hospital Niño Jesús de esta ciudad. Las alteraciones craneofaciales y la hipotonía (escaso tono muscular), características de los niños con esta alteración cromosómica, determinan la elevada frecuencia del SAOS que, sin embargo, sólo afecta a entre el 1% y el 3% de la población infantil.
"Los resultados obtenidos sobre la prevalencia del síndrome de apnea obstructiva del sueño todavía hubieran sido más llamativos si en el trabajo se hubieran comparado niños con síndrome de Down y niños de entre la población general. También hubiera influido al alza si en vez de utilizar la poligrafía cardiorrespiratoria, técnica que mide las alteraciones respiratorias durante el sueño, se hubiera usado la polisomnografía, prueba más precisa que implica la colocación de unos electrodos y que algunos niños no hubieran podido tolerar", dice el coordinador del estudio, Javier de Miguel Díez.
Alteraciones craneofaciales
Además de la poligrafía cardiorrespiratoria nocturna, a todos los pacientes se les realizó una anamnesis (historia clínica y exploración física) muy exhaustiva. El examen físico determinó que el 90% de los pacientes presentaban hiperplasia amigdalar (amígdalas de mayor tamaño), y el 63%, hiperplasia de adenoides (tejido situado en la nasofaringe de los niños, conocido como vegetaciones).
El trabajo de investigación, publicado el pasado mes de diciembre en la revista Sleep, revela que los factores determinantes en la aparición de este trastorno en niños con síndrome de Down son las alteraciones craneofaciales, entre las que destaca el tamaño anormalmente pequeño de la vía aérea y la hipotonía muscular generalizada que padecen estos pacientes, que también afecta a la musculatura faríngea. El estudio también demuestra que este trastorno es más frecuente en los niños que en las niñas y, sobre todo, en los menores de 8 años.
El retraso en el diagnóstico y tratamiento de la apnea en niños con Down puede provocar complicaciones graves (cardiopulmonares, insuficiencia cardiaca o arritmias) e incluso la muerte. Por eso, los expertos recomiendan a los padres que tengan algún hijo con esta afección que estén alerta y acudan al médico si durante la noche el pequeño ronca, respira fuerte, suda, tiene tos o despertares frecuentes, o si durante el día sufre cefaleas, descenso del nivel de actividad acompañado de somnolencia o disminución del rendimiento escolar. (Fundación Síndrome de Down de Madrid. Tel. 91 310 53 64. www.downmadrid.org).
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