Las contradicciones de una veterana

Cuando Aurora se levanta optimista, piensa que los movimientos ecologistas de Cádiz tienen mucha fuerza, que su opinión cuenta mucho y que, gracias a ellos, ha cambiado la conciencia medioambiental. Cuando se levanta pesimista, ve que todo lo que han hecho es insuficiente, que la gente mezcla las basuras, que hay muchos coches circulando, y también muchos aparcados encima de la acera.

Aurora Mier Garcés lleva tantos años en Ortiga -ahora se llama Ecologistas en Acción San Fernando (Cádiz)- que ya ha perdido la perspectiva. A veces, no sabe si es mucho o poco lo que esta agrupación ha hecho por el medio ambiente en la Bahía de Cádiz. Hace más de 20 años, Aurora entró de forma activa en los movimientos ecologistas. Entonces estudiaba Geografía e Historia en la Universidad de Cádiz. Conoció gente, amigos con los que se apuntaba a las "movidas" del grupo. Ahora es uno de sus miembros más conocidos en una ciudad donde, para la mayoría, Ecologistas en Acción San Fernando sigue siendo Ortiga.

Puede que Aurora no esté en el momento de su vida más reivindicativo. Lo dice ella: "Ya no estoy en la fase de flagelarme". Ahora está más bien en una etapa de "guardiana", de vigilante, siempre pendiente: "Hay que tener cuatro ojos, porque aquí te ponen un hotel en la playa y no te das ni cuenta". Un hotel, o un centro comercial, porque donde ahora está el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, había un proyecto para levantar un centro comercial y de ocio. Quizá fuera esa la etapa de flagelarse, pero fue entonces cuando Ortiga consiguió sus grandes logros, esos que apenas se recuerdan, pero ahí están, a la vista de todos.

El Parque Natural es una de las grandes satisfacciones de Aurora y sus compañeros. "Su creación se hizo a instancias de varios grupos ecologistas de la provincia, y Ortiga fue uno de ellos. Costó mucho, pero ahora los políticos ven unas potencialidades que antes no apreciaban. Ahora sería imposible construir allí un centro comercial, pero entonces sí era posible. Aunque sigue teniendo muchas carencias, los ciudadanos lo disfrutan. Y eso produce mucha satisfacción".

La playa de Camposoto, de las pocas que están vírgenes en la Bahía, es de uso público. Parece una obviedad, pero no lo es. Aún sigue siendo en parte de uso militar, y no es difícil encontrar un proyectil tirado en la arena o despertarse en plena siesta playera por el enervante ruido que hacen las prácticas de tiro. Pero antes, todo Camposoto era militar y los ciudadanos no podían disfrutarla, ni siquiera pisarla.

Para Aurora ser ecologista es una forma de vivir, un compromiso: "No soy ecologista de ocho a tres. Lo soy en general, por cómo entiendo la vida. Aunque tengo mis contradicciones". Fumar es una de ellas. Usar más lo que debería el vehículo privado. Comprar, a veces, productos en cualquier supermercado... Esas son las contradicciones de una vida que a veces no es cómoda ni fácil. Los artículos de consumo ecológicos no se encuentran en cualquier tienda, ni siquiera en cualquier ciudad. Y no siempre se puede, o se quiere, ir a comprarlos en bicicleta.