El Club Patín Morataleño reúne a 60 niños en el Trofeo San Isidro
"Escribir en España es llorar", dijo Larra. Algo así, "hacer deporte en España es llorar", se podría aplicar a muchas modalidades, pese a la mejoría general después de Barcelona'92. Porque ese salto en la élite empieza con penuria en las bases. De ahí el mérito de iniciativas como la del Club Patín Morataleño, que trabaja por el patinaje artístico sobre ruedas en la pista de Moratalaz. Ayer reunió en el II Trofeo San Isidro a 60 niños de siete clubes de la capital.
Julia García, su presidenta, confiesa lo difícil de sacar adelante este deporte, al que la cántabra Cionín Villagrá dio lustre hace años, antes de que la aragonesa Sheila Herrero lo hiciera en la velocidad. "El problema es que no se le hace caso. Todo es fútbol y la gente sólo ve hielo, pero sobre ruedas tiene más dificultades. Somos como una ONG. Los dos entrenadores trabajan gratis y a las 23 niñas que tenemos les cobramos muy poco".
El club cuenta ya con 20 años de vida, aunque hace dos años desapareció, al quedarse sin entrenadora -"se enamoró de un francés y se marchó", dice Julia García-. Pero se ha recuperado e invitan a todas las niñas -los niños pueden también, pero el fútbol, el baloncesto... tiran más- a practicar un deporte duro, pero agradecido.
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