Desarrollo humano
Acabo de salir de la consulta externa de un hospital, lugar al que fui derivado por el pediatra del centro de asistencia primaria que atiende a mi hijo. Este sufre problemas gastrointestinales cuya causa no ha sido identificada por los análisis habituales. En principio, la fecha de la primera visita al especialista que nos habían dado era -no es broma- el mes de enero del 2005. Finalmente, a instancias del médico que atendía las consultas externas del hospital, dada la urgencia, nos han dado fecha de visita para el 20 de septiembre de este año.
¿De qué nos sirve manejar cifras macroeconómicas de primera potencia mundial si en lo verdaderamente importante (salud, enseñanza, vivienda, etcétera) divergimos de los niveles de los países verdaderamente desarrollados? ¿Cómo es posible que la ciudadanía transija con estas lacras, sin esbozar protesta alguna? ¿Estamos narcotizados por la fiebre consumista egoísta e insolidaria, por la falsa retórica del discurso político que oculta el despilfarro de los recursos públicos en obras faraónicas o por ambas cosas? Menos desarrollismo económico y más desarrollo humano.
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