"La UE debe ayudar a las pymes"
Marisa Bergaz (Xeraco, 1947) maestra de profesión, tiene una larga trayectoria política que inició en 1975 al ingresar en el PCPV-PCE, donde ocupó cargos de responsabilidad, como después en Izquierda Unida y en Esquerra Unida. Es eurodiputada desde que en 2003 sustituyó a la asturiana Laura González. Y desde el número 3 de la candidatura de IU aspira a continuar.
Pregunta. ¿Qué se juega la Comunidad Valenciana?
Respuesta. Nos jugamos mucho. La modernización de la agricultura, el trasvase Xúquer-Vinalopó, que nuestras costas no acaben totalmente construidas con un impacto ambiental muy fuerte, y también nos jugamos la modernización de nuestra industria y el que las ayudas a la investigación, desarrollo y modernización tengan el dinero suficiente. También nos jugamos los servicios públicos, porque si no se amplía el presupuesto europeo para el desarrollo de las regiones, en 2007 nos quedaremos sin ningún fondo estructural ni de cohesión, con lo cual se cortará el desarrollo para las regiones más desfavorecidas, y nosotros tenemos zonas de interior muy desfavorecidas que necesitan desarrollarse.
"Hay que recuperar las bases por las que se constituyó la Unión Europea"
P. ¿Es posible otra Europa?
R. Sí, por supuesto que es posible, si hay un peso específico de la izquierda. Si Izquierda Unida tiene más representación en el Parlamento Europeo, podremos proponer las políticas sociales que hemos venido defendiendo y conseguiremos darle un giro al Parlamento. En bienestar social, en mejoras en el empleo y también en servicios sociales. Hay que recuperar las bases por las que se constituyó la UE, que eran el bienestar social y la paz, aparte del comercio. Porque Europa cada vez es más de los mercaderes y menos de los ciudadanos. Desde la participación y desde una política diferente, que paralice los acuerdos de Maastricht sobre la flexibilización en el trabajo, la liberalización de los servicios públicos, y los derechos de los trabajadores. Si todo eso se consigue, llegaremos a esa otra Europa, porque supondrá que las grandes bolsas de marginalidad desaparezcan y los trabajadores tengan salarios y condiciones dignas. Por eso proponemos un salario interprofesional europeo y una renta mínima, que permitirá que todos los ciudadanos europeos sean de primera categoría.
P. ¿Qué va a suponer la nueva Europa de los 25?
R. La agricultura es una de las confrontaciones que tenemos con la Europa del Este. Si no se aumenta el presupuesto de la Europa de las Regiones, los fondos estructurales y de cohesión irán para el desarrollo de los países del Este, con el perjuicio de los de las regiones del Oeste. Por tanto, la Comunidad Valenciana, que hoy está en el Objetivo 1, por lo que recibe unas subvenciones para la agricultura y la industria, indudablemente perderá porque no tendrá la posibilidad de seguir invirtiendo en investigación, desarrollo y modernización.
P. ¿En qué decisiones debería tener voz la Generalitat?
R. En la oficina de las Regiones tiene voz. Nosotros pensamos que no deben ser sólo los gobiernos centrales los que tengan voz y peso dentro del Parlamento Europeo, sino que exista una coordinación entre las nacionalidades y el Estado español.
P. ¿Y en qué cuestiones debería tener poder de decisión?
R. Lo tendría que tener en la distribución de fondos estructurales y de cohesión y también a la hora de implantar las directivas, que se tiene que hacer de forma horizontal y no vertical.
P. ¿Y cuál es el papel de la Comunidad Valenciana en Europa?
R. A través de la oficina de las regiones tiene que apoyar todo lo que afecta a las regiones y presionar para que se haga una política que nos favorezca.
P. Y en ese sentido, ¿qué se puede hacer?
R. Podemos hacer mucho. Hemos hecho bastante. Yo llevo sólo ocho meses y me siento satisfecha de algo muy importante: hemos conseguido, con la plataforma del Xúquer Viu, con la Nueva Cultura del Agua y con Adena, darle un vuelco al trasvase Xúquer-Vinalopó. Hemos conseguido que en la comisión de Peticiones se nos escuchara, se abriera el expediente y que viniera una comisión al País Valenciano a ver in situ cuál es la situación del Xúquer, de l'Albufera, y de los impactos urbanísticos en nuestras costas. Me siento satisfecha porque es un trabajo del que de alguna manera he sido portavoz y que he intentado que lo conocieran los demás diputados. Fíjate si se pueden hacer cosas.
P. ¿La ampliación pone en peligro a la agricultura valenciana?
R. Pone en peligro la agricultura de explotación familiar, porque con las subvenciones actuales sólo se ayuda a los terratenientes. Nuestra propuesta es que cambie ese concepto, se apoye a las explotaciones y a las cooperativas y a través de ellos se haga una política agraria diferente. Si no, nuestra agricultura terminará por morir porque no puede competir con los grandes terratenientes que a veces reciben las subvenciones y no recogen la cosecha. Con los países del Este nuestra agricultura no intensiva tiene serias dificultades para seguir.
P. ¿Y para las pymes?
R. Sí que hay peligro, efectivamente. Lo que nosotros venimos criticando, y por eso decimos que otra Europa es posible, es que Europa, en vez de marcar sus políticas en función de las grandes multinacionales, tiene que favorecer a las pequeñas empresas, que son las que verdaderamente dan trabajo y no son deslocalizables.
P. ¿Cuál será su primera iniciativa si sigue como eurodiputada?
R. Si continúo en Medio Ambiente y en la comisión de Peticiones, la primera será ver cómo está el informe de los diputados que han venido y analizarlo para ver cómo paralizamos el trasvase Xúquer-Vinalopó. Otra, que se aplique lo más pronto posible el protocolo de Kioto. Propondré también la autodeterminación del pueblo saharahui.
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