Hombres feministas
A mí me resulta difícil imaginar algo peor que un progre machista. Y lo digo por el inicio del artículo del señor Verdú Los feministas, en el que afirma que "Sólo es posible imaginar algo peor que un hombre feminista: la mujer barbuda". En un artículo que no tiene desperdicio, y que debería constar en una antología del disparate, el señor Verdú afirma que "El hombre feminista trata de congraciarse con las mujeres por el peor camino posible como es el de intentar copiarla". No es fácil copiar a las mujeres, ya que somos muchas y variadas, pero, vale. Más adelante el señor Verdú identifica "hombre feminista" con "hombre femenino". ¡Qué incultura, señor mío! Desconoce usted por completo la definición de feminismo de la Real Academia: "1. Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. 2. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres".
Los hombres feministas, señor Verdú, en nada se parecen a eso que usted describe; son hombres que luchan por la igualdad y que procuran compartir con las mujeres todas las responsabilidades sociales, tanto públicas como privadas. Si después, en sus relaciones afectivas o amorosas, son femeninos, eso es cosa suya. Y, desde luego, le aseguro que los puros son los peores, es decir, femeninas al cien por cien y masculinos al cien por cien. Por eso, las y los feministas suelen ser masculinos y femeninos en distintos porcentajes. Lo que usted propone es la eterna simplificación entre masculino y femenino, y, afortunadamente, las relaciones entre mujeres y hombres son cada vez más variadas.
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