La alternativa de los fármacos a bajo precio
Tailandia, uno de los países que de forma más decidida ha hecho frente a la expansión del sida, debe una buena parte de su éxito al uso de medicamentos genéricos. El Gobierno de Thaksin Shinawatra sufrió las iras de las compañías farmacéuticas cuando decidió que la vida de sus ciudadanos era más importante que las patentes y en marzo de 2002 comenzó a fabricar Gpo-Vir, combinación en una única pastilla del cóctel de fármacos estavudina, lamivudina y nevirapina, que ha situado el precio del tratamiento en alrededor de un dólar diario. Hoy entre 30.000 y 40.000 de los 600.000 infectados que hay en el país reciben antivirales gratis, y el objetivo de las autoridades es llegar a la totalidad de los que lo necesitan, unos 60.000, antes de finales de año.
Otros dos grandes fabricantes de medicamentos copiados son Brasil e India. Además del consumo interno, Brasil realiza donaciones al menos a seis países africanos y planea incrementar la cifra a 14 este año. India vende fármacos baratos en África bajo un acuerdo con la fundación Clinton. Shinawatra aseguró el pasado domingo, en la inauguración de la conferencia, que ofrecerá sus antivirales a los países vecinos como Laos, Camboya o Birmania.
La OMS ha aprobado combinaciones de varios compuestos en un único comprimido, lo que permite a muchos pacientes tomar sólo dos pastillas al día, facilitando el tratamiento. Genéricos que han sido registrados por la OMS están siendo utilizados en muchos países africanos. Dos de los productos aprobados por el organismo sanitario son Triomune y Triviro, de las compañías indias Cipla y Ranbaxi, respectivamente.
Washington ha prohibido a grupos que reciben fondos del Gobierno que compren estos productos, que utilizan compuestos aún cubiertos por patentes. Asegura que sólo deben utilizarse los registrados por la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA en sus siglas en inglés). Los laboratorios estadounidenses y europeos han advertido de riesgos al consumir medicinas no supervisadas bajo las estrictas normas estadounidenses. La controversia arrecia después de que el mes pasado la OMS retirase dos fármacos de la compañía Cipla (aunque no Triomune) de su lista de aprobados.
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