Berlusconi pierde la mayoría en el Senado en un voto contra la dirección de la RAI

Los democratacristianos en el Gobierno italiano dieron ayer muestras de que están dispuestos a llevar su rebelión contra el primer ministro, Silvio Berlusconi, hasta el final y lograron la aprobación de una moción en el Senado que obligará a Berlusconi a cambiar a toda la dirección de la radiotelevisión pública (RAI) antes del 30 de septiembre. En una maratoniana jornada en la que Berlusconi tuvo que comparecer ante las dos Cámaras del Parlamento italiano, los demócrata cristianos presentaron por sorpresa una propuesta que golpea al primer ministro donde más le duele: la televisión.

La jornada parlamentaria fue larga. Por la mañana, ante el Senado, Berlusconi tuvo que explicar la dimisión del ministro de Economía Giulio Tremonti, desencadenante de la actual crisis de Gobierno -Berlusconi ostenta ahora mismo la cartera-, después rindió cuentas en ante la Cámara de Diputados sobre el mismo tema.

La bomba política llegó en el intermedio de las dos sesiones camerales, cuando la Comisión de Vigilancia de la RAI aprobó una moción de la Unión de los Demócrata Cristianos (UDC) que pedía la sustitución de los dirigentes del Consejo de Administración de la televisión pública, alegando que no representaba todas las posiciones políticas después de que la Presidenta de la cadena dimitiera el pasado mes de mayo. Lucía Annunziata era el único miembro del Consejo de Administración que no guardaba fidelidad a Silvio Berlusconi.

La moción fue aprobada gracias a la suma de los votos de la oposición y los de UDC, con un resultado final de 21 a favor y 16 en contra. Berlusconi tiene hasta el 30 de septiembre para cumplir con la orden del Senado.

Tras conocerse la resolución, el debate vespertino en la Cámara de Diputados fue muy tenso. El Ministro de Bienestar Social, Roberto Maroni de la Liga Norte, ya había advertido: "Si la UDC vota con la izquierda en la Comisión de Vigilancia quiere decir que esta mayoría ya no es compacta. Y Berlusconi tendrá que tomar nota de esto". Y prosiguió: "Nadie puede pensar que esto seguirá así durante dos años. Berlusconi tiene que salir rápidamente del pantano donde alguno lo quiere tener".

Tras confirmarse la rebelión de la UDC, los primeros en reaccionar fueron los miembros la Liga Norte, que no escatimaron palabras de desprecio ante la decisión y pidieron a gritos una crisis de Gobierno. Así, el senador Roberto Calderoni dijo que "con este voto, la UDC abre una crisis oscura", y desde Bruselas, el eurodiputado Mario Borghezio advirtió a los "aliados infieles" de que tuvieran cuidado, "mucho cuidado", con la "ira de la gente del Norte, honesta y trabajadora, que conoce y no olvida el nombre y el apellido de quien se opone al saneamiento del país."

Por su parte, la UDC quiso quitar importancia al asunto y afirmó que esta votación "no es un gesto de ruptura". Otra de las reacciones fue la del coordinador de Alianza Nacional, Ignazio La Russa, quien afirmó que el "voto no tiene ningún valor definitivo".

Al fin de la sesión Parlamentaria, Gianfranco Fini, vicepresidente del Gobierno y líder de Alianza Nacional, hizo un llamamiento a la unidad de la coalición mayoritaría y declaró que todos los líderes de los partidos en el Gobierno deberían "asumir responsabilidades directas y esto significa que se necesita la máxima cohesión por parte de la mayoría".

A pesar del revés, Berlusconi no perdió el buen humor y no dudó, a la salida del Parlamento, en pegar unos saltos junto a un grupo de simpatizantes al grito de "comunista el que no bote".