Josep Costa rinde homenaje a la copla con el espectáculo 'Él vino en un barco'

"La banda sonora del franquismo". Así es como el actor y director Josep Costa define la copla, un género popular que caló hondo en España durante décadas, en buena medida gracias a la radio, y que hace tiempo dejó de ser música para mayorías. El director le rinde homenaje con un espectáculo, Él vino en un barco, que se presentó durante tres días dentro del ciclo de cabaret en La Paloma organizado por el Fórum y ahora recala en el teatro Artenbrut. La sala de Gràcia lo acogerá hasta el 30 de agosto.

Costa afirma: "La copla es una de aquellas herencias que tenemos y parecen molestarnos", aunque entre sus defensores haya habido personas como los escritores Manuel Vázquez Montalbán y Jaime Gil de Biedma, a los que se dedica el espectáculo. "Eran canciones que todo el mundo se sabía de memoria, que no duraban un verano, sino años y años", recuerda el director. "Son muy irreverentes, con mucho sexo y pasión, que educaban y educan", explica. Costa no se ha planteado el espectáculo con voluntad modernizadora. "Las canciones continúan siendo modernas, como las de Kurt Weill y las de Edith Piaf", opina. El estímulo que le ha guiado, dice, ha sido el deseo de "volver a oír en el teatro una música que hace ya demasiado tiempo que no se programa".

Él vino en un barco (así empieza una de las coplas más famosas, Tatuaje, que abre y cierra el espectáculo) está interpretado por cuatro actores y cinco músicos, encabezados por Xavier Torras, que es también responsable de la dirección musical. Un elenco extenso si se tienen en cuenta las reducidas dimensiones del Artenbrut. Xaro Campo, Ivan Labanda, Mamen Márquez y Laura Sancho son los actores de la propuesta, planteada como un recital con algunas pequeñas apoyaturas teatrales. Solos (la mayoría de las veces) o sumando sus voces en tríos o cuartetos, van desgranando algunos de los títulos más famosos del repertorio de la copla, como Ojos verdes, La bien pagá, A la lima y al limón y Suspiros de España. "Son historias muy fuertes y hace falta mucha energía para cantarlas. A la gente joven la sorprenderán mucho", asegura Costa.