"No quiero un cambio en Euskadi para estar todo el día enfrentado al PNV"
A sus 55 años, Javier Rojo, un alavés de acogida, aunque natural de Pamplona, está convencido de que hay "ambiente de cambio político" en Euskadi. Un cambio "en el que no sobra nadie".
Pregunta. Ha dejado Madrid unos días para poner un poco de orden en el socialismo alavés ante el anuncio de Txarli Prieto de una moción de censura a Rabanera.
Respuesta. Los socialistas no queremos romper ningún tipo de normalidad que no entiendan los ciudadanos. Queremos ser la alternativa al nacionalismo en Euskadi y a la derecha en Álava. Y hacer ese cambio con normalidad y pedagogía política. Vamos a ejercer nuestro derecho a la oposición.
P. Lo más rápido para colocar a un socialista en el sillón foral es la moción de censura.
"Somos el eje de la convivencia porque hemos suavizado la política frente a la apuesta de tensión"
"Arregui debe ser un activo para el cambio que queremos los socialistas en Euskadi"
R. Ese cambio no lo queremos hacer con un brochazo grueso, que es como algunos entienden la política: si no ostentas el sillón, no eres. Los alaveses tienen que ir entendiendo el cambio político desde la normalidad.
P. Lo que es incontestable es que el PSE ha facilitado el acceso de Rabanera al sillón de diputado general y ha aprobado las cuentas.
R. En Álava, en estos momentos, hay tres partidos en la diputación, y uno necesita de otro. Cada uno por sí solo no puede hacer nada. Es verdad lo que dice de Rabanera, pero en mi discurso ya le dije que el apoyo empezaba y acababa ese día, es lo que él quiso. El próximo presupuesto foral se corresponderá no con el que tiene la minoría, sino con aquellos que sean capaces de sumar para cambiar las cosas. Cada uno tendrá que tener la inteligencia y la habilidad de sumar.
P. ¿No sería más rápido acceder al gobierno de la diputación con una moción de censura?
R. No estamos por la desestabilización. Pero tampoco tenemos ningún complejo. Y como oposición debemos dar salida a lo que pide la sociedad alavesa. Somos el eje de la gestión de la convivencia porque hemos suavizado la política en Euskadi, frente a quienes apostaban por la tensión.
P. Hay acuerdos presupuestarios a nivel municipal con el PNV en Guipúzcoa, ahora la operación de Álava. Parece que están preparando ya el pacto con el PNV. ¿Es en esa complicidad del pequeño acuerdo del que luego pueden salir los pactos en mayúsculas?
R. Estamos hablando y acordando con fuerzas democráticas y nadie nos puede decir que si pactas con uno tienes legitimidad, pero si lo haces con otro, no. Lo que le diría a María San Gil es que el PSE es un partido autónomo y que el PP no nos va a dar lecciones de defender la democracia y de luchar contra el terrorismo, ni en la defensa de los derechos constitucionales.
P. Hay una cosa en la que estos días han coincidido San Gil y Joseba Arregui al criticar al PNV. Nada ha cambiado con Imaz, porque el problema no es de talantes sino de proyecto. Y proyecto estratégico sigue siendo el plan Ibarretxe.
R. Quien no vea en Euskadi signos de cambio de estilo, de formas de hacer política, no ve absolutamente nada. Se ha rebajado la tensión. Hoy el gobierno vasco habla con el central, algo que veníamos reclamando desde hace muchos años. Que se restablezcan las relaciones políticas manteniendo las diferencias en los proyectos, abre vías de solución para el futuro.
P. Pero siguen habiendo miles de personas amenazadas.
R. Hasta que no desaparezcan los escoltas no habrá normalidad democrática. Yo no cierro los ojos. Digo sólo que hay abierto un camino que debemos de explorar. No avanzaremos si miramos permanentemente al pasado.
P. ¿Para qué el cambio político?
R. No quiero un cambio político en Euskadi para estar todos los días enfadado, enfrentándome con el nacionalismo, para marcar las dos comunidades. Yo quiero ganarle al nacionalismo y seguir colaborando con ellos. La política de confrontación de la derecha no trae soluciones. Y la mejor demostración de eso es que Oreja está en Europa.
P. ¿Sería importante que Ibarretxe acuda a la Conferencia de presidentes autonómicos?
R. Claro que es importante. Pero no para que Zapatero les dé una lección magistral, sino para que se ponga en común un proyecto político compartido. Quiero que le escuchen los demás presidentes autonómicos y, después, se respete lo que decidamos democráticamente las instituciones. Ese es el estilo Zapatero, escuchar y respetar a todo el mundo, pero no les está dándoles la razón. El nacionalismo tiene más futuro en la España plural que en la del enfrentamiento.
P. ¿Y en el futuro Senado?
R. El futuro Senado debe acoger la complejidad de España y ser una cámara territorial con mayúsculas. Su reforma deber ser cómoda e incómoda para todos.
P. ¿Cabe en ella la bilateralidad de la que hablan Ibarretxe?
R. La reforma debe tener tres aspectos: sus competencias, el número y cómo elegiremos a los futuros senadores y, finalmente, el reconocimiento de los hechos diferenciales y sus peculiaridades.
P. ¿Que le parece la salida del PNV de Joseba Arregui?
R. No podemos permitirnos el lujo de meter a un intelectual como él en el baúl de los recuerdos. Debe ser un activo para la política. Espero que sea una persona importante en el futuro de lo que estamos haciendo los socialistas de cara a ese cambio político.
P. ¿Va a cambiar el PSE a su intelectual de cabecera, Fernando Savater, por Arregui?
R. Es que no son contradictorios. No nos sobra ningún demócrata, inteligente y comprometido.
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