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Reportaje:CULTURA Y ESPECTÁCULOS

Trucos y secretos del G-7 del cine español

Cambios radicales de aspecto. Lugares de rodaje atípicos, donde se pelea por el viejo anhelo de llevar a la ficción la condición humana. Batallas quijotescas contra los elementos y profundas complicidades. Siete directores hablan de sus nuevas películas.

Rocío García

A Javier Bardem, además de aguantar diariamente cinco horas de maquillaje, le han retocado los hombros digitalmente y le han reducido la musculatura de brazos y piernas para interpretar al tetrapléjico Ramón Sampedro en la nueva película de Alejandro Amenábar Mar adentro. Alberto San Juan luce en Horas de luz, de Manolo Matjí, una gorra que le regaló el preso Juan José Garfia. El director Fernando León ha pasado mucho frío el invierno pasado durante las largas noches que vivió en la Casa de Campo para asomarse al mundo de las prostitutas para su próximo filme, Princesas. En cambio, Álex de la Iglesia ha visitado durante horas los pisos pilotos de El Corte Inglés y se ha paseado por la planta de perfumes para ver chicas y oler deliciosos aromas para Crimen ferpecto. Son recursos, trucos, estrategias y guiños que, a la hora de rodar, les sirven para llevar adelante sus proyectos a siete directores -Alejandro Amená-bar, Fernando León, Manolo Matjí, Montxo Armendáriz, Álex de la Iglesia, Mariano Barroso y Patricia Ferreira- que descubren aquí algunas de sus inquietudes, dificultades y secretos."El G-7 del cine español" fue la calificación de la escritora Lucía Etxebarría cuando los vio a todos juntos la semana pasada en la Casa de América, de Madrid. Algunos de ellos estrenarán en otoño, otros preparan rodajes para esas misma fechas.

Barroso ha rodado en La Habana "en un ejercicio casi budista de aprovechar los problemas para hacer de las carencias estilo"
El actor se sometió a cinco horas diarias de maquillaje "no para parecerse a Ramón, sino para que no se pareciera a Javier Bardem"
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ALEJANDRO AMENÁBAR
Una cama y dos ventanas

Una cama y dos ventanas a la vida. Así estuvo postrado casi 30 años el tetrapléjico gallego Ramón Sampedro, que decidió quitarse la vida en 1998. Amenábar tenía la obsesión de que Mar adentro, interpretada por Javier Bardem, Belén Rueda, Lola Dueñas, Mabel Rivera, Celso Bugallo, Tamar Novas y otros, no se percibiera como una película en una sola habitación y por ello decidió sacar a volar a Sampedro. Es, sorprendentemente, el filme de Amenábar con mayor número de localizaciones. "Hace años, cuando empecé a pensar en el caso, me imaginaba cómo sería esa visión de alguien que le viene a rescatar, llega a la habitación y le saca por la ventana. Todos hemos tenido sueños de que salíamos volando por la ventana. También Sampedro relata que uno de sus sueños era que volaba. Todo eso me llevaba a que en esta historia lo que teníamos que conseguir era justamente sacarlo de la cama". Y vuela hacia el mar, en un viaje, rodado en panorámico, a través del valle en el que Sampedro vivió. El propio Amenábar reconoce que iba "acojonado" en el helicóptero en el que voló muchas veces para rodar este viaje, "del que buscaba dar la sensación que de verdad uno está volando".

La habitación de Sampedro es un decorado construido en el mismo estudio en el que se rodó Los otros, y las ventanas son forillos fotográficos. La sensación del vuelo se consigue, según Amenábar, con un cromado en el momento en el que Bardem sale por la ventana, al que se le inserta la toma del helicóptero. "Detuvimos el helicóptero a unos dos o tres metros de un maizal, tiramos hacia adelante y subimos...".

"Había que alejar a Bardem de sí mismo. Queríamos no tanto que Javier se pareciera a Ramón, sino que no pareciera Bardem", asegura Amenábar sobre el sobrecogedor maquillaje realizado por la británica Jo Allen, maquilladora de Gladiator y Las horas. Un retoque en la nariz para dejarla recta, unas lentillas que le aclaran los ojos, la cabeza rapada sobre la que le ponían un material plástico translúcido para simular la piel fueron las sesiones a las que Bardem se sometió a diario una media de cinco horas. También el cuerpo del actor tuvo que sufrir modificaciones. "Primero pensamos poner el cuerpo de un tetrapléjico real e insertar digitalmente la cara de Bardem, al final optamos por el del propio Bardem, recortando digitalmente los hombros y reduciendo los brazos y las piernas. Cuando está de frente, boca arriba sobre la cama, tiene un arnés colocado en la espalda con el objetivo de que le oprima y los hombros le tiren hacia atrás".

Mar adentro es el filme de Amenábar que transcurre en más tiempo. Tres años. ¿Cómo trata las transiciones? "La solución la encontramos en la propia cama de Ramón, a través de la que ves cómo va cambiando el entorno". Mar adentro se estrena el 3 de septiembre y competirá en la Mostra de Venecia.

MANOLO MATJÍ
¡Qué guapo está papá!

Y mientras Amenábar ha salido a volar, Manolo Matjí se ha encerrado en una cárcel para narrar en Horas de luz los amores de dos personas reales: Juan José Garfia, un vallisoletano de 37 años, en prisión sin permisos desde los 20, excepto dos meses de fuga, y Marimar, una enfermera bilbaína de 40 años y madre de tres hijos.

Pero casi toda la cárcel es un decorado, construido en un antiguo hospital en Madrid. "Las autoridades nos dieron las facilidades mínimas, las que no podían negarnos, pero dentro de las cárceles nos vetaron muchos sitios, no pudimos rodar donde quisimos, sino donde ellos nos marcaron con líneas amarillas. A partir de ahí no podíamos cruzar. Ni siquiera nos dejaron rodar los alambres de espino", dice. Si el director tenía alguna obsesión era la de que el espectador supiera que Garfia mató a sangre fría en 1987 a tres personas y que compartiera la experiencia de estar 24 horas encerrado solo en una celda de la FIES (fichero de internos de especial seguimiento). La celda, de ocho metros cuadrados, es un decorado, reproducción exacta de las de El Dueso (Cantabria) -"con las mismas medidas que las del penal norteamericano en Guantánamo"- ."El cangrejo [la puerta de rejas que separa el portón de hierro de la propia celda], el tigre [el inodoro plano] a la derecha, el catre a la izquierda, el ventanuco al fondo, una mesita y un pasillo muy pequeño", recita Matjí con lenguaje carcelario.

"Qué guapo está papá", dijo la hija de Marimar cuando vio a San Juan en el papel de Garfia. Aunque más pequeño y menos fibroso que Garfia, el parecido llega a ser asombroso. "Alberto quiso conocer a Garfía y fuimos a verle a Córdoba. Noté que Alberto sentía una simpatía inmediata hacia Garfía porque es un personaje atractivo y yo les hice hablar de los asesinatos. Garfía es más fuerte porque lleva mucho tiempo cuidándose. Pero San Juan se entrenó durante meses, y aunque es más delgaducho, le supo sacar la mirada, una manera de atusarse el pelo. En la película saca la gorra con la estrella roja, regalo de Garfia". Horas de luz, coprotagonizada por Emma Suárez, se estrena el 24 de septiembre.

ÁLEX DE LA IGLESIA
Belleza y perfumes

"Todo lo que cuento en Crimen ferpecto forma parte de mí", dice Álex de la Iglesia, un realizador que siente en el cine y en la vida una atracción irresistible hacia la comedia. "Ese estúpido instinto de superación que te lleva al desastre, esas ganas de intentar mejorar, de intentar ver las cosas mejor de lo que son y creer que hay una manera correcta de hacer las cosas. La película no es más que la demostración de que no hay manera de hacer las cosas bien, que no existe nada perfecto y que tenemos que convivir con esa imperfección y con ese absurdo que impregna todo", añade De la Iglesia. ¿Y dónde está esa supuesta perfección? "En un gran almacén, como símbolo del cosmos. Iconográficamente, en este momento, es la vida. Todos entramos y salimos de un centro comercial, todos compramos y vendemos en ese templo comercial. Es un lugar sagrado en el que todo parece que va bien, hay una música deliciosa, los productos son maravillosos, la luz es impecable, huele maravillosamente, las chicas son preciosas, todo parece perfecto. Es el lugar ideal para construir ese mundo de ficción absurdo que nos venden a diario. Cuando intentas que tu vida sea como ese centro comercial es cuando terminas abocado a la locura". Como la locura de dos tipos de mujer absolutamente opuestas: unas esplendorosas y otras menos agraciadas. "Convocamos un único casting, pero, obviamente, sin especificar para cuál de los dos tipos de mujer y así no herir sentimientos", explica el realizador. En el rodaje, recuerda, se vivió la crueldad del guión el día en que desaparecieron las chicas guapas y entraron sus sustitutas. "Todos entendimos a la supuesta mujer fea". Crimen ferpecto, protagonizada por Guillermo Toledo y Mónica Cervera, se estrena el 22 de octubre.

MARIANO BARROSO
El Malecón de La Habana

"Hacer cine en Cuba es un lujo comparable a jugar al golf". Con este pensamiento, Barroso prefiere recordar las cosas positivas, -"que han sido un montón"- que todas las dificultades -"que han sido muchas"- que han rodeado el rodaje en La Habana de Hormigas en la boca, un filme ambientado en el año 58. "En cualquier otro sitio es casi imposible, a no ser que manejes un presupuesto de cine americano. Y hacerlo en Cuba es posible. Hay tantas cosas que se mantienen intactas en Cuba que lo hemos aprovechado en el rodaje". Las lógicas allí se desmoronan. Al revés que en el resto de las cinematografías, el tiempo y los extras (cobran un dólar diario) son lo que no cuesta en Cuba. Por el contrario, han tenido acceso a recrear una Habana de los años cincuenta con bastante facilidad, los coches son los que se ven por la calle, y el vestuario de la figuración es el que traían los propios extras de sus casas. Lo único que han tenido que hacer es tapar el deterioro de trajes y automóviles y convertir un país que "vive una situación de pobreza extrema en el esplendor total". "Eso nos ha llevado a hacer un ejercicio casi budista de aprovechar los problemas y reconvertirlos. Nos ha llevado a hacer una película de personajes porque no podíamos mostrar el exterior lleno de desconchones. Hemos convertido las carencias en estilo".

Ha sido en Madrid cuando Barroso se ha dado realmente cuenta de que han hecho una película en condiciones extremas. Pero eso también tiene su lado bueno. "Nos han cerrado el Malecón para nosotros, La Habana vieja, cosas impensables en cualquier ciudad occidental....". Hormigas en la boca, protagonizada por Eduard Fernández, Ariadna Gil y Jorge Perugorría, tiene previsto su estreno en otoño.

PATRICIA FERREIRA
En 48 horas

Nunca había trabajado con Fernando Fernán-Gómez ni le conocía, pero Patricia Ferreira cogió el teléfono -"nunca se pone, pero de alguna manera le llegó el mensaje"- y le propuso hacer de protagonista en su tercer largometraje. Le envió el guión y en 48 horas tenía la respuesta: Fernán-Gómez, el gran actor español, haría de Mateo, un anciano vitalista con una trágica historia, en Para que no me olvides. No podía ser de otro modo. Escrita con Virginia Yagüe, desde la primera línea "supimos que tenía que ser él". La fama de persona complicada no le asustó a la directora, quizás porque ella también se considera algo difícil de conectar y rara. "Fernán-Gómez hace exactamente lo que tú le dices. Pobre de ti como no le digas lo que quieres. Él quiere ser dirigido", explica la directora. Para que no me olvides, un filme de sentimientos frente a los dos thrillers anteriores de Ferreira, está coprotagonizada por Marta Etura y Roger Coma. Se estrenará después de verano.

De izquierda a derecha, Álex de la Iglesia, Mariano Barroso, Montxo Armendáriz, Manolo Matjí, Fernando León y Patricia Ferreira. En el centro, Alejandro Amenábar. Posaron la semana pasada en la Casa de América de Madrid. 

/ LUIS MAGÁN
De izquierda a derecha, Álex de la Iglesia, Mariano Barroso, Montxo Armendáriz, Manolo Matjí, Fernando León y Patricia Ferreira. En el centro, Alejandro Amenábar. Posaron la semana pasada en la Casa de América de Madrid. / LUIS MAGÁN
Guillermo Toledo, a la derecha y Luis Varela, en <i>Crimen ferpecto<i>
Guillermo Toledo, a la derecha y Luis Varela, en Crimen ferpecto
Javier Bardem y Belén Rueda, en <i>Mar adentro</i>.
Javier Bardem y Belén Rueda, en Mar adentro.
Emma Vilarasau, con Fernando Fernán-Gómez, en <i>Para que no me olvides.</i>
Emma Vilarasau, con Fernando Fernán-Gómez, en Para que no me olvides.
Eduard Fernández, en <i>Hormigas en la boca.</i>
Eduard Fernández, en Hormigas en la boca.
Alberto San Juan, en <i>Horas de luz.</i>
Alberto San Juan, en Horas de luz.

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