El Americano y sus sueños taurinos

Orson Welles vivía a los 17 años en Sevilla con un sueño incrustado en la mente: convertirse en un torero. Su hogar estaba situado encima de un burdel. Quería pasar a la historia del toreo con el sobrenombre de El Americano. Sin embargo, sus aspiraciones se vieron truncadas desde el inicio. Su debú no pudo ser peor. El público, indignado ante su incompetencia, le roció con una lluvia de botellas. El joven que pocos años más tarde iba a revolucionar el cine con su talento regaló las botellas a las prostitutas que vivían debajo de su casa. Welles (Kenosha, EE UU, 1915-Los Ángeles, 1985) entregó aquellas botellas con el mismo orgullo con las que un mariscal repartiría sus medallas ganadas en el campo de batalla.

La película muestra un paralelismo entre la vida de Welles y una corrida de toros

Tres jóvenes -dos sevillanos y un alemán- ultiman el documental El Americano, que narra los meses de Welles en Sevilla y el vínculo inextricable que desde entonces mantuvo con España y los toros. El alemán Leif Karpe y los sevillanos Alberto Rojas Maza y Rodrigo Gómez Reina se embarcaron en esta película, que es producida por Severlin Pictures. El rodaje, que se inició en la pasada Feria de Abril, concluirá la próxima semana en la finca del torero Antonio Ordóñez, donde están enterrados los restos del director de Ciudadano Kane.

Welles residió en el barrio de Triana alrededor de tres meses en el año 1932. "Welles contaba que escribió allí cuatro o cinco novelas policiacas. Nadie las ha localizado. Su estancia aparece documentada en muchas biografías que se han hecho sobre Welles y en declaraciones suyas. Parece ser que vivió en un altillo situado encima de un burdel", recuerda Rojas.

La película repasa las tres etapas de su relación con España: la primera de 1932, con la historia que contó de su fracaso taurino; la segunda, desarrollada entre los años cincuenta y setenta y caracterizada por sus repetidas estancias en ciudades españolas, y la tercera, que comprende su muerte y el posterior traslado de sus cenizas a Ronda. El documental busca "hacer una alegoría de la vida de Orson Welles como una corrida, en el sentido de la lucha que éste libró contra Hollywood en busca de su libertad creativa", señalan los tres cineastas. Karpe, Rojas y Gómez Reina han querido, además, hacer un "homenaje" a la película sobre el mundo de los toros que el cineasta estadounidense siempre quiso rodar.

La historia se completa con entrevistas hechas a personalidades del mundo del toro y el cine, que conocieron a Welles. Es el caso del cineasta Gary Graver, el torero Curro Romero y Alfonso Ordóñez (hermano del torero), entre otros, que recuerdan aspectos de la pasión por los toros del director de El cuarto mandamiento.

La película recupera abundante material de archivo. Welles realizó, al menos, tres documentales sobre los toros en Sevilla para la BBC británica, la RAI italiana y la ABC estadounidense. La película aprovecha, además, otros documentos televisivos.

El filme tiene dos metrajes. Uno para televisión, de entre 30 y 40 minutos, que se emitirá en el Canal Arte en 2005 en una Noche Temática. El otro metraje -de entre 70 y 80 minutos- va destinado al cine.