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Blair y Ahern tratan de reavivar el proceso de paz en el Ulster

Los radicales, pieza clave en el intento de devolver la autonomía a Irlanda del Norte

Los Gobiernos de Londres y Dublín convocaron ayer en el castillo de Leeds, en Maidstone (condado de Kent), a los partidos políticos de Irlanda del Norte para buscar una salida a la crisis que desde hace dos años mantiene en suspenso la autonomía en Irlanda del Norte. En esta ocasión son los dos grupos más radicales del arco parlamentario, los unionistas de Ian Paisley y los republicanos de Gerry Adams, los que tienen en sus manos la clave de las conversaciones.

La razón de este cambio de circunstancias es que ambos partidos se convirtieron en mayoritarios en sus respectivas comunidades en las elecciones del otoño pasado.

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La falta de acuerdo entre los partidos radicales congela la devolución de la autonomía del Ulster

El primer ministro británico, Tony Blair, y su homólogo irlandés, Bertie Ahern, llegaron a última hora de la mañana de ayer al lugar de las conversaciones, un bucólico castillo medieval en la campiña de Kent, al sureste de Londres. Las numerosas reuniones que en el pasado reciente han querido impulsar la paz en la provincia han tenido muchas veces escenarios parecidos, pero el relajo de los espíritus no siempre ha logrado suavizar las posiciones políticas.

Ayer, bajo un sol radiante ya casi otoñal, los representantes de las múltiples tendencias que conforman el arco político de Irlanda del Norte fueron desfilando con cuidadoso orden por la zona de prensa, evitando coincidir unos con otros. Es una de las leyes no escritas de la política norirlandesa, que llega al extremo de que los diputados se sienten sólo con los de su propio grupo en la cantina del Parlamento de Stormont para evitar contactos no deseados entre políticos que a menudo se ignoran entre sí y se hablan a través de intermediarios. Ayer, la cantina preparada en el castillo de Leeds reflejaba esas distancias: siete grandes mesas de 10 plazas cada una, para evitar aglomeraciones contra natura.

Cada delegación tenía en el castillo sus propias salas y las reuniones se mantenían de froma bilateral con los Gobiernos, pero no entre los partidos. El ambiente es pesimista, indicio quizás de que puede haber acuerdo. El límite de la reunión está esta vez fijado de antemano para el mediodía de mañana sábado, porque después el castillo está contratado para un banquete de bodas.

Pacto institucional

La solución al conflicto que mantiene suspendida la autonomía de Irlanda del Norte es una incógnita. Las conversaciones de ayer giraban en torno a los mismos puntos básicos de los dos últimos años: el desarme del IRA, la violencia de baja intensidad, el traspaso de la policía y la justicia al Gobierno autónomo. A eso se añade ahora la búsqueda de un pacto institucional que permita ampliar la base de los Acuerdos de Viernes Santo para conjugar las posiciones de los dos extremos y evitar que se rompa la baraja. La clave podría estar en un acuerdo vago para restablecer la autonomía en una fecha determinada -quizás en enero-, y dar tiempo así a que los que se tienen que mover se muevan.

La autonomía fue suspendida debido a las tensiones creadas por los reiterados incumplimientos del IRA, el brazo armado de los republicanos del Sinn Fein. El IRA no ha destruido todos sus arsenales, a pesar de que los acuerdos de paz fijaron un plazo de dos años para lograr ese desarme, sus gestos de desarme se han hecho en secreto y se ha mantenido al mismo tiempo un considerable nivel de violencia de baja intensidad en los barrios más conflictivos de Belfast y otras ciudades de Irlanda del Norte.

La creciente tensión entre los partidos, que propiciaba una mejora de las expectativas electorales de las posiciones más radicales, obligó a Blair no sólo a retomar el control de la provincia, sino a suspender varias veces las elecciones. Pero éstas tuvieron que celebrarse al final del otoño pasado, confirmando el auge radical: el Partido Democrático Unionista (DUP) de Ian Paisley se convirtió en la primera fuerza del unionismo, desbancando al Partido Unionista del Ulster (UUP) del moderado David Trimble. Entre los católicos, el Sinn Fein de Gerry Adams robó su posición a los socialdemócratas del SDLP de Mark Durkan.

Eso significa que, con los acuerdos de paz en la mano, Paisley o quien él designe tiene que ser ministro principal y Gerry Adams (o más bien su número dos, Martin McGuinness) el viceministro principal. "Estaríamos encantados de votar por Ian Paisley como ministro principal, pero en el contexto del Acuerdo de Viernes Santo", declaró ayer Adams. Pero Paisley sólo lo aceptaría si antes el IRA ha desmantelado por completo todos sus arsenales.

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