La improvisación del pianista Pedro Ricardo Miño protagoniza la Bienal

El pianista Pedro Ricardo Miño (Sevilla, 1979), presenta esta noche su primer álbum Piano con Duende en el Teatro Central de la capital andaluza. El concierto, de una hora y media de duración, pretende ser, según el artista, "el resumen" de lo que ha tocado este último año, en el que ha grabado su primer disco con Paco Ortega en Madrid.

Miño, que este año ha ganado un disco platino al estar un tema suyo recogido en la recopilación del superventas Flamenco Chill, llega a Sevilla después de pasar el último año viajando de España a EE UU, una gira interrumpida para participar en la Bienal de Flamenco de Sevilla. "Allí he tocado en universidades, me ha gustado mucho la experiencia y, aunque el jazz es lo que más se escucha, valoran mucho el flamenco puro porque ellos allí no lo tienen", contó ayer el pianista.

Miño comenzó de la mano de su padre en el mundo de la música. El guitarrista Ricardo Miño le apuntó a clases de solfeo y le compró su primer piano. El pianista define su estilo como "flamenco puro", aunque no reniega de las aportaciones de otras culturas y músicas."Estoy abierto a otro tipo de música, por ejemplo en Estados Unidos he tocado junto a Ravi Shankar, he escuchado mucho jazz y eso siempre te influye, pero me gusta conservar la pureza", señaló.

Después del concierto en la capital andaluza, viajará de nuevo a EE UU y en diciembre volará junto al músico indio Ravi Shankar a Nueva Delhi. Antes, pretende poner en marcha su segundo disco. "Es difícil porque, aunque tengo un saco lleno de ideas, todo cuesta mucho dinero y el mundo de las discográficas es complicado. Pero espero sacar algo más puro". Una pureza que estará, según el artista, "alejada del trabajo de laboratorio". "Me gusta la improvisación, las canciones las compongo yo en mi casa de Triana y el público en los conciertos. Cuando tocó un tema siento cómo el público reacciona y tocó de otra manera, ellos al final componen la música".

Su primer álbum, que se ha grabado el 80% en directo y durante "tres días de piano en el estudio", tiene soleá, alegría, malagueña, fandangos, tanguillo y tangos. En este disco, el artista confiesa la influencia de su padre, de las vivencias en el barrio de Triana y la de los maestros Arturo Pavón y Pepe Romero. Y, sobre todo, la de su público.