Los líderes europeos muestran sus primeras fisuras por la reelección de George Bush
"América ha hablado, y el resto del mundo debería escuchar", afirma el británico Tony Blair
Sólo 48 horas han durado en Europa las formas diplomáticas tras una reelección de George Bush que cayó como jarro de agua fría en algunos Gobiernos europeos y como excelente noticia en otros. El primer ministro británico, Tony Blair, principal aliado de Washington en la UE, rompió ayer el fuego al señalar que "hay gente que se empeña en negar la evidencia", porque "América ha hablado y el resto del mundo debería escuchar". Tres líderes europeos que se dieron por aludidos -el francés Jacques Chirac, el alemán Gerhard Schröder y el español José Luis Rodríguez Zapatero- analizaron ayer por su cuenta en Bruselas los resultados en Estados Unidos.
Tony Blair hizo esos comentarios en una entrevista difundida por The Times en el segundo día de la cumbre de líderes europeos en Bruselas. Preguntado reiteradamente para que dijera a qué países se estaba refiriendo con su comentario, Blair no soltó prenda: "No quiero apuntar a nadie. Tenemos una nueva realidad y vamos a trabajar con esa nueva realidad. Al hablar con los líderes europeos, tengo la impresión de que hay gente que entiende esta realidad y que es importante trabajar con EE UU".
Zapatero contestó, también a través de los periodistas, que Blair ha sido siempre "una persona muy respetuosa" con las posiciones de países como España. Fue el mismo concepto que el presidente español utilizó cuando comentó cómo había transcurrido su encuentro con Chirac y Schröder al hablar de la reelección de Bush y las relaciones entre Europa y EE UU: "disposición a la colaboración y al diálogo", pero "en el respeto a las posiciones de cada uno".
Las distancias entre unos y otros, concretadas en la diferente implicación de cada país en el conflicto de Irak, se plasmó también en una rueda de prensa especial a dúo entre Blair y el primer ministro iraquí, Iyad Alaui, invitado ayer a un almuerzo con los líderes de la UE, mientras Chirac se marchaba antes de la comida y Zapatero repetía que en España no habrá compromiso alguno "de naturaleza militar en Irak".
Chirac expuso un razonamiento que implica un contrapeso, una mayor autonomía europea frente a la estadounidense ante la radicalización del electorado americano. Para Chirac es obvio que existen "puntos de vista diferentes" ante el "amigo y aliado" americano, pero la reelección de Bush significa "la afirmación de la política estadounidense fuerte" ante la que los europeos necesitan, "más que nunca, un mayor dinamismo político, un refuerzo de Europa en los terrenos político y económico".
Aún hizo Chirac dos comentarios de negativa incidencia para las relaciones con Washington. Se mostró "un poco inquieto" por la imparable debilidad del dólar frente al euro -"debiera haber una reacción por nuestra parte", dijo en alusión al Banco Central Europeo- y dejó abierta la posibilidad de que Turquía no entre en la UE (Washington es el principal apoyo de Ankara) si no logra materializar las necesarias reformas para ello.
España y Francia también se enfrentaron ayer al Reino Unido cuando reclamaron la creación de una Fiscalía Europea. "Es prematuro", les respondió Jack Straw, el ministro británico de Exteriores.
Por encima de estas diferencias, las conclusiones finales de la cumbre incide de nuevo en los términos diplomáticos. Los líderes felicitaron "calurosamente" a Bush, con quien "esperan poder trabajar muy estrechamente, incluso en los organismos multilaterales [léase la ONU, donde se enfrentaron a raíz de Irak], para fomentar el Estado de Derecho y crear un mundo justo, democrático y seguro".
"Nuestros profundos lazos políticos, económicos y culturales nos convierten en socios naturales e indispensables", avisan a Washington los 25 jefes de Estado y Gobierno. "La UE y EE UU comparten la misma responsabilidad al hacer frente a amenazas y retos clave, como determinados conflictos regionales, en especial en Oriente Próximo, el terrorismo, la proliferación de armas de destrucción masiva y el sida".
Y es que incluso Chirac, Schröder y Zapatero, los tres dirigentes europeos más distantes hoy de Bush, destacaron en su particular encuentro, según personas que conocieron su contenido, su fe en las afirmaciones procedentes de la Administración estadounidense, según las cuales el reelegido presidente intentará en su segundo mandato un verdadero acercamiento a Europa. "Es lo lógico, porque a EE UU le interesa una Europa estable y fuerte", se destacó en la reunión. Schröder habló después de ello por teléfono con Bush en una "positiva conversación", como señaló el canciller. El presidente de la UE, el holandés Jan Peter Balkenende, incidió en lo mismo: "Bush va a invertir esfuerzos en mejorar las relaciones con Europa".
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