El sida afecta ya a 40 millones de personas
"Si las cosas siguen como ahora, estamos abocados al desastre", alerta la ONU
El virus del sida continúa su expansión imparable, según el informe sobre la pandemia que hizo público ayer la agencia de la ONU para la enfermedad (Onusida). Este año ha batido cifras de nuevos casos (4,9 millones, un 9% más que en 2002), personas infectadas (39,4 millones, el 7,6% más, de los que 2,2 millones tienen menos de 15 años) y fallecimientos (3,1 millones, un 15% más que hace dos años). "Si las cosas siguen como están, estamos abocados al desastre", afirma el informe.
Ninguna región del mundo se salva. El África subsahariana alberga al 60% del total de las personas que viven con VIH en el mundo, una proporción que está bajando desde el 90% que alcanzó hace diez años. Pero ello no se debe a que la enfermedad retroceda, sino a que el progreso en otras regiones es aún mayor.
Las cifras del avance ponen de manifiesto que los esfuerzos no han tenido resultado, y ello pese a que la cantidad de dinero destinada a combatir la pandemia se ha multiplicado por tres desde 2001. La inversión ha pasado de los 2.100 millones de dólares (unos 1.600 millones de euros al cambio actual) a los 6.100 millones de dólares (4.700) en 2004.
Este esfuerzo ha conseguido aumentar en un 70% la cifra de mujeres embarazadas que reciben tratamiento, y que casi toda la población de Latinoamérica que lo necesita tenga acceso a los antivirales. Pero estos casos son la excepción. De los más de cuatro millones de personas que necesitan antivirales, sólo 440.000 los reciben, la inmensa mayoría en los países más ricos. "Si prosigue este bajo nivel de cobertura, en los próximos dos años fallecerán entre cinco y seis millones de personas como consecuencia del sida". Además de la necesidad de un esfuerzo mayor, hace falta una mayor coordinación. Luiz Louras, director adjunto de Onusida para América del Norte y Europa, afirmó ayer que menos del 1% del dinero enviado a América Latina se utilizaba en programas realmente eficaces. La multiplicidad de iniciativas (Onusida, Plan 3x5 de la Organización Mundial de la Salud, iniciativas de ONG) ha creado incluso problemas en los países receptores. Por eso los donantes han adoptado la política llamada de Los tres unos: exigir a cada Gobierno que establezca un interlocutor, un plan y un sistema de medición de los esfuerzos.
A todo ello se suma el estigma, que hace que grupos vulnerables (usuarios de drogas, hombres que practican sexo sin protección con hombres) estén fuera de los sistemas de atención, cuando no perseguidos legalmente.
Ante la falta de acceso a los medicamentos, y mientras se descubre una vacuna eficaz, sólo queda insistir en la prevención, insistió ayer la ministra de Sanidad española, Elena Salgado, durante la presentación del informe.
Estas políticas pasan por el uso del preservativo. "El condón es fundamental, y no se pueden hacer concesiones", dijo Loures. Respecto a la postura de la Iglesia católica o el Gobierno de Estados Unidos, que priman la abstinencia o la fidelidad, el experto añadió: "No soy especialista en moral; soy especialista en salud pública. No esperamos que la Iglesia católica promueva el uso del condón; esperamos que no hable contra ellos, porque hacerlo es hablar contra la evidencia científica", añadió.
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