El mal perder de Angulo
El valencianista se arriesga a una sanción ejemplar por escupir a Borowski y reincidir en la violencia
Con 0-1 y el partido a punto de concluir, Angulo se enrabietó e hizo una brutal entrada a Valdez junto a un córner. El delantero del Werder se escapó por velocidad del valencianista y éste, llegando desde atrás, le soltó una fuerte patada en una rodilla y sin balón de por medio. Frisk le expulsó con la tarjeta roja directa. Pero ahí no acabó todo. Borowski le recriminó su falta y Angulo le escupió, una acción que puede costarle muy cara -entre cinco y diez encuentros de sanción- según los antecedentes y la filosofía de juego limpio de la UEFA.
Angulo, presionado por la directiva del club, ofreció ayer sus disculpas en la página web del Valencia. "El partido fue muy tenso. Nos jugábamos mucho y hay situaciones difíciles de controlar porque vamos muy acelerados. No es excusa. Quiero disculparme por mi actitud, que no fue ejemplo de deportividad", dijo Angulo en ella. Aunque su presidente, Juan Soler, afirmara luego que su acción "no tiene perdón".
La Comisión Disciplinaria de la UEFA, que preside el español Josep Lluís Vilaseca Guasch, estudiará su comportamiento y todo apunta a que le castigará duramente por lo que considera "una conducta antideportiva grave". Así lo han demostrado tanto el organismo europeo como la propia FIFA en anteriores sanciones por el mismo motivo. Los antecedentes se remontan a hace casi 15 años y varían en función del destinatario del salivazo: jugador, árbitro o aficionado.
En junio de 1990, Frank Rijkaard, hoy entrenador del Barça, fue suspendido por tres partidos por escupir al alemán Rudi Völler en el Mundial de Italia. Un encuentro más, cuatro, recibió el meta Chilavert por hacer lo mismo con Roberto Carlos en 2001 en un Paraguay-Brasil clasificatorio para el Mundial de 2002. Otros cuatro, Luccin, del Celta, por repetir la acción ante Hartson, del Celtic, en la UEFA del mismo año. Ocho, Mihajlovic, del Lazio, por agredir así a Mutu, del Chelsea, en 2003. Y tres, el italiano Totti por lanzar su saliva a la cara del danés Poulsen en el primer partido de Italia en la pasada Eurocopa de Portugal.
Aun así, las sanciones más graves se han producido por escupitajos a los árbitros: el yugoslavo Badzarevic fue suspendido un año en 1989; su compatriota Popovic, por tres en 1995, y el ucraniano Chernov, por dos en 2001. Diouf, del Liverpool, fue castigado con dos encuentros por escupir a los aficionados del Celtic en la Copa de la UEFA de 2003. En la Liga española, el Celta acumula los mayores castigos: Karpin fue suspendido por cuatro por salivear a Isailovic, del Valladolid, en 1998 y Catanha por dos por hacer lo propio en 2002 con Sanz y Lozano, del Málaga.
Además, Angulo es reincidente para la UEFA, ya que fue sancionado hace dos años con tres partidos por "conducta violenta" al agredir al francés Cygan, del Arsenal, en la Champions. Un antecedente que puede agravar ahora su pena.
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