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Las obras del enlace de la M-30 con la A-3 afectarán al tráfico hasta 2006

El PSOE denuncia que 2.000 vecinos sufren el ruido de los trabajos

El objetivo del futuro enlace entre la M-30 y la A-3 (carretera de Valencia) es que los miles de conductores que circulan diariamente por la zona eviten la plaza del Conde de Casal para acceder a ambas vías. Según el Ayuntamiento, la solución será dos nuevos túneles, que costarán más de 170 millones de euros. Estarán finalizados en 2006, un plazo de dos años en los que se cortarán carriles en la A-3 y quedarán afectados otros en la M-30. No serán las únicas molestias: el concejal socialista Pedro Santín denuncia que 2.000 vecinos sufren el ruido de las excavadoras de las obras.

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, visitó ayer las obras del futuro enlace de la M-30 con la A-3, uno de los 15 proyectos de remodelación de la vía de circunvalación y uno de los más caros: 170,7 millones de euros para construir dos túneles, uno por sentido, que suman 2.128 metros de longitud, y que estarán listos en 2006, 24 meses después de que empezaran los trabajos el pasado 21 de septiembre.

El objetivo de este nuevo enlace es que los conductores eviten la plaza del Conde de Casal para acceder desde una de estas vías a la otra, maniobra que ahora es imposible de realizar sin tener que circular hasta la plaza, uno de los lugares más transitados de la ciudad, donde, además de coches, se concentran las cabeceras de varias líneas interurbanas de autobús.

Así, por ejemplo, los conductores que circulan por la M-30 en sentido sur y que quieren acceder a la A-3 sentido salida -más de 12.000 vehículos diarios, según el alcalde-, tienen que entrar en la ciudad hasta Conde de Casal y, desde allí, volver a salir hasta la carretera de Valencia. Este periplo supone una "incongruencia", según Ruiz-Gallardón, "que produce congestiones y contaminación acústica y ambiental en todo el entorno".Otro ejemplo del paso inevitable por la plaza del Conde de Casal se produce para acceder a la M-30, en sentido sur, desde la A-3: los conductores también deben llegar hasta la plaza y, desde allí, desviarse por la calle de los Hermanos Fernández Shaw (una ruta ahora cortada por las obras a la altura de la calle de Luis Mitjans).

La alternativa a esta ruta, también muy transitada en dirección M-30 sur, es a través del puente de la Lira -junto a la Colonia Hogar del Ferroviario en Moratalaz-, al que se accede desde la A-3, sentido entrada, desviándose justo antes de cruzar el puente que conduce a Conde de Casal. El puente de la Lira, sin embargo, también es utilizado por los vehículos que llegan desde la avenida de Moratalaz a la M-30, por lo que esta incorporación está regulada por un semáforo. Así, la mayor densidad del tráfico desde la A-3 causa largas colas para acceder al puente de la Lira que llegan hasta la autovía cuando el semáforo está en rojo.

Según los planes iniciales del proyecto, este puente tendría que ser demolido una vez que finalizasen los trabajos, pero Ruiz-Gallardón anunció ayer que tendrá un nuevo uso como puente peatonal, a petición de las asociaciones de vecinos de la zona.

Así, los nuevos túneles pretenden evitar el paso obligado por Conde de Casal y descongestionar la zona. Sin embargo, al igual que ocurre en otros proyectos de remodelación de la vía de circunvalación -como por ejemplo en el Nudo de la Paloma, que une la M-30 con las calles de Pío XII y Arturo Soria, o los trabajos en el enlace con la A-2-, las obras en el tramo cercano a la A-3 afectarán al tráfico con el corte y ocupación de carriles hasta 2006.

Cortes en la A-3

El próximo 27 de enero y durante seis meses, se cortará al tráfico la calzada central de la A-3 en ambos sentidos, según anunció el Ayuntamiento. Esto afectará a las vías de servicio y a los ramales desde la M-30 (sentido sur) a la A-3 (sentido entrada), y desde ésta a la M-30 en dirección norte. Más adelante será preciso cortar un carril por sentido de la M-30 en este tramo, durante varios meses, para construir las rampas de acceso a los túneles, lo que, según Urbanismo, se hará cortando las vías de servicio, pero no los carriles centrales.

Por el momento ya hay restricciones. Desde ayer, y durante un mes, será ocupado el arcén y parte del carril derecho de la vía de servicio de la M-30 en ambos sentidos entre el cruce bajo la A-3 y la calle de los Hermanos Fernández Shaw, dejando tres carriles de tres metros y arcenes de medio metro libres para la circulación.

El alcalde pidió comprensión por las "molestias inevitables" que ya acarrean estas obras, pero aseguró que los trabajos "finalizarán en su plazo previsto" en 2006. Para eso, Ruiz-Gallardón aseguró que "cuatro equipos trabajan ininterrumpidamente por turnos en la construcción" de esta infraestructura, incluso de noche. Esto ha provocado ya las primeras quejas entre los vecinos de la zona. Según el concejal socialista Pedro Santín, "el gobierno municipal está realizando las obras en este tramo sin cumplir su propia Ordenanza Antirruido y sin respetar el derecho de los vecinos a dormir, que tienen que soportar durante la noche en sus viviendas ruidos de las excavadoras, los camiones y los grupos electrógenos que duplican los 30 decibelios que, como máximo, permite la ordenanza".

Santín se refiere en concreto a los más de 2.000 vecinos de las calles de los Hermanos Fernández Shaw, Federico Moreno Torroba, Nuevo Baztán y Martínez Corrochano, todas en el distrito de Retiro junto al nudo de la M-30 y la A-3. Esta obra también está afectando de forma "muy grave" al funcionamiento del instituto de enseñanza secundaria Pacífico, situado "a pie de obra", dice Santín. "El altísimo ruido que están soportando los profesores y los alumnos está perturbando gravemente el desarrollo de las clases, y la circulación de camiones y maquinaria pesada por la misma puerta supone un peligro muy importante", asegura el edil.

Aspecto de las obras del enlace de la M-30 con la A-3, en el barrio de Puente de Vallecas.
Aspecto de las obras del enlace de la M-30 con la A-3, en el barrio de Puente de Vallecas.CRISTÓBAL MANUEL

Los ciudadanos participan

El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, considera que, debido a la magnitud de las obras de remodelación de la M-30, éste debe ser un ejemplo de "urbanismo participativo". Para ello, el Ayuntamiento instaló al comienzo de los trabajos, hace tres meses, siete casetas de información a los ciudadanos en otros tantos tramos en obras de la vía de circunvalación, así como un teléfono gratuito de información (900 77 30 30).

El Ayuntamiento hizo ayer balance de este servicio: más de 7.000 visitas, a raíz de las cuales se han tramitado 73 sugerencias que se están estudiando, según el Consistorio. Además, 670 llamadas al teléfono gratuito, así como más de 400 correos electrónicos respondidos por la empresa Madrid Calle 30, en cuya sede se ha recibido a 102 personas y se han celebrado reuniones con 31 comunidades de vecinos para discutir aspectos técnicos del proyecto.

Lejos de compartir esta visión de participación ciudadana, los miembros de la Plataforma contra la M-30 Norte denuncian que el alcalde "ni siquiera ha querido entrevistarse con los representantes de los vecinos del barrio del Pilar", que se oponen a las obras en esta zona.

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