El municipio modifica las obras de la M-30 norte forzado por la protesta vecinal

La reforma de la M-30 se ha convertido en un asunto de debate casi obligado en el pleno del Ayuntamiento. Ayer lo sacó a colación IU para exigir, una vez más, que el Consistorio levante acta notarial del estado de los edificios que puedan verse afectados por las obras. Durante el debate, la edil de Urbanismo, Pilar Martínez, anunció que uno de los proyectos, la ampliación de carriles en un tramo del noroeste de la M-30, está parado y va a ser modificado "a petición de los vecinos". El pleno, por otra parte, aprobó ocho propuestas por unanimidad de los tres grupos, algo inusual.

Pilar Martínez respondía a la portavoz de IU, Inés Sabanés, sobre la inspección de los edificios junto a la M-30. Tras enumerar calles e inmuebles afectados, la concejal de Urbanismo afirmó: "En la glorieta de Salvador Maella no se han inspeccionado. Las obras están paradas porque se está modificando el proyecto. Es el efecto de la petición de los vecinos".

En esta parte de la M-30 norte o avenida de la Ilustración, que discurre en trinchera -semisoterrada-, el proyecto preveía ampliar varios carriles para conectar la vía con el futuro túnel del bypass norte. Esos carriles iban a construirse muy cerca de los inmuebles que rodean la zona de Salvador Maella, cuyos residentes vienen quejándose del peligro que entraña y del ruido que producen los coches. "¡Ya aguantamos más de 90 decibelios!", se lamentaba ayer un vecino. Por eso reclamaban el soterramiento de la M-30 en ese tramo.

Ante las protestas vecinales, Urbanismo decidió en noviembre modificar el proyecto de obra y alejar los carriles de las casas, aunque sin soterrar la vía. Un técnico de la concejalía explicó que en febrero estará listo el nuevo proyecto y, a pesar de lo dicho por Martínez, aseguró que las obras no han llegado a paralizarse: "No se están construyendo los carriles, pero sí se están haciendo otros trabajos complementarios, de preparación del terreno. Nuestra previsión es que no haya ni retraso en los plazos ni aumento del coste", aseveró.

"No podemos aceptar soterrar la vía, pero sí reducir las afecciones a los edificios", afirmó la concejal en el pleno, tras lo cual pidió "tranquilidad" porque hay un "sistema de auscultación que permite detectar movimientos" de tierra y tomar medidas. "No nos tranquiliza, porque hay antecedentes", le replicó Sabanés.

Martínez tampoco quiso aceptar la segunda parte de la proposición de IU: que el soterramiento de la M-30 junto al río que acaba de aprobar la Confederación Hidrográfica del Tajo, y cuyo proyecto presentó el Ayuntamiento la semana pasada, se someta a un nuevo periodo de información pública (por haberse modificado).

"Nunca antes un proyecto municipal había sido sometido a la participación ciudadana tantas veces", dijo la edil, que aseguró que no se trata de un "proyecto inédito", sino modificado por la Confederación. "Como hemos trabajado con ella, hemos incorporado poco a poco las modificaciones", sentenció. Pero no convenció a la oposición. "Tomaremos medidas con colectivos vecinales; pese a ese proceso que usted dice, hay una parte importante de vecinos y colegios profesionales que tienen derecho a expresar su discrepancia", insistió Sabanés. El edil socialista Félix Arias se mostró molesto porque, a su juicio, nunca ha habido alternativas a la reforma de la M-30. "En cuanto a Salvador Maella, aclárese y no nos confunda. O las obras están paradas porque hay un proyecto nuevo o vale el que hay ahora", inquirió el edil, que acusó a Martínez de confundir y alarmar a los vecinos. Pero ésta siguió en sus trece y, con la mayoría que tiene su grupo en el pleno, rechazó la propuesta. Esto armó el jaleo en la tribuna del público, donde vecinos de la Ilustración interrumpieron la sesión: "¡Con nosotros no ha hablado!", gritaron. El alcalde, que dirigía el pleno, se dirigió a una mujer: "Señora Carmen Castín, es la segunda vez que interrumpe la voz de los representantes. Respete la democracia representada aquí".

Pese a todo el barullo, el pleno de ayer arrojó un dato muy inusual: PP, PSOE e IU se pusieron de acuerdo en ocho propuestas. Algunas de homenaje, como dar el nombre del actor fallecido Agustín González a una calle y unos jardines al concejal vasco asesinado en 1994 Gregorio Ordóñez. Otras de procedimiento, como el reglamento de la Empresa Municipal de la Vivienda. Y una interna: tipificar como falta el acoso laboral en el convenio del Ayuntamiento.