Una 'banca avis'

GBS comenzó sus actividades como banca de inversión en 1991. Entonces había muy pocas instituciones independientes que se dedicaran a las fusiones y adquisiciones corporativas, ya que estas funciones eran patrimonio casi exclusivo de las divisiones especializadas de los grandes bancos. Hoy, GBS quiere crear una agencia de valores y un fondo de valores deportivos.

GBS ha asesorado operaciones por 1.000 millones de euros en 2004, sobre todo en transacciones corporativas de tamaño mediano y pequeño

En este complicado mundo se sumergieron hace casi quince años dos jóvenes ingenieros industriales que se habían formado en universidades -Wharton y New York University- de primera línea de Estados Unidos. Pedro Gómez Baeza y Juan Antonio Samaranch (hijo del ex presidente del Comité Olímpico Internacional) se conocieron en Nueva York, donde el primero estaba trabajando como managing director en The First Boston Corporation -aunque antes ya había destacado en el departamento de análisis de la por entonces celebérrima JP Morgan-, mientras que el segundo realizaba un MBA. Con esta sólida formación financiera bajo el brazo aterrizaron en Madrid.

Empezar no fue fácil. Era un negocio desconocido en una España que aún tenía que trazar muchas leguas en el camino de la madurez financiera. "Cuando empezamos en la banca de inversión estábamos prácticamente solos. Poca gente sabía lo que era realmente. Sacar una empresa a Bolsa, por ejemplo, parecía algo extraño y lejano", recuerda Pedro Gómez Baeza, director de GBS Finanzas. Pero había más fronteras que romper. Una de ellas era el tiempo. Frente a la imagen de una actividad bancaria hiperactiva, de movimientos rápidos y de crecimiento casi instantáneo, la banca de inversión de GBS predica todo lo contrario. "Éste es un trabajo de generaciones. Para alcanzar nuestro objetivo, que es ser un banco con influencia, tardaremos unos 150 años. Esto es algo que verá otra generación de socios; nosotros, desde luego, no", dice Juan Antonio Samaranch, consejero delegado de la firma. Y añade: "El precio por mantener la independencia es alto". ¿A qué se refiere?

Objeto de deseo

Poco a poco, GBS Finanzas se ha convertido en objeto de deseo bancario para el sector y los cánticos de sirenas han comenzado a sonar. "Hemos tenido algunos intentos de compra, pero no nos interesa vender. Creemos y disfrutamos con lo que hacemos", revela Pedro Gómez Baeza. Esta atención de la competencia se ha avivado con la reciente concesión a la empresa del premio al mejor banco de inversión independiente que concede anualmente la revista Acquisitions Monthly -editada por Thomson Financial- y que está considerada como una de las publicaciones de referencia en el mundo de las fusiones y adquisiciones. Es la primera vez, explican en GBS, que una empresa española consigue esta distinción. En las categorías de este premio figuran firmas como Morgan Stanley o Goldman Sach.

El galardón ha sido un acicate para continuar en la misma línea de trabajo y abrir nuevos caminos. GBS nació como una firma dedicada por completo a la banca de inversión, con una parte muy importante de su negocio sostenida sobre la pata de las fusiones y adquisiciones. Según los datos de la empresa, en 2004 han asesorado operaciones -sobre todo transacciones corporativas de tamaño mediano y pequeño- por un montante superior a los mil millones de euros.

Con el tiempo, los intereses se han ido diversificando. Una de las grandes apuestas de GBS Finanzas son los servicios de lo que se conoce como family office, asesoramiento financiero a familias y empresarios con altos y medianos patrimonios (cinco millones de euros). Generalmente se trata de firmas de corte familiar.

También ofrecen un servicio de asesoramiento inmobiliario y son, además, uno de los promotores -poseen el 10,6%- de Marco Polo Investment, un conocido fondo de capital riesgo de propiedad española especializado en inversiones tecnológicas y en el que participan, entre otros, Ricardo Martí Fluxá (presidente), Aldo Olcese (presidente de Fincorp), Carlos Usandizaga (director de servicios corporativos de Agrolimen) o Javier Monzón (presidente de Indra).

Pero quizá el proyecto más importante, ya que supone un cambio en la orientación del negocio, es la creación de una agencia de valores. Hasta ahora GBS únicamente ofrecía asesoramiento, pero no gestión. Con esta iniciativa cambian las tornas. Ya se ha solicitado la autorización a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y se espera que la agencia esté operando a partir del segundo semestre de este año. También están analizando con mucho interés el mercado portugués e italiano, dos destinos en los que se quiere trabajar en próximas fechas.