Perfecto tirador y conductor de vehículos militares
El supuesto asesino del naipe es un perfecto tirador y un gran conductor de vehículos militares. Eso es al menos lo que ha puesto de manifiesto el expediente de este cabo primero que llegó ayer al tribunal que lo juzga, según explicó ayer uno de los abogados de la acusación particular, Marcos García Montes. Éste explicó que Alfredo Galán tenía gran puntería y que era capaz de efectuar muchos más disparos y con mayor rapidez que sus compañeros.
Afirmó que los informes de dos psicólogos sobre su defendido, Santiago Eduardo Salas, tiroteado en Tres Cantos el 7 de marzo de 2003, indican que es una persona que ha visto la cara de su agresor, lo que le ha provocado graves secuelas, y que además recuerda "una especie de traqueteo" en el momento de los hechos similar al que hace una pistola cuando se monta. "Esperaba alguna sorpresa en el primer día de juicio, pero no se le ha escuchado nada. Ha quedado claro que es un psicópata que mata sin razón y que quiere hacerlo para ver qué se siente al matar a una persona", concluyó García Montes.
De similar opinión era otro letrado de la acusación particular, Félix Pancorbo, que representa a Teresa Sánchez, la dueña del bar Rojas, de Alcalá de Henares. Según este abogado, Galán se inventó "una película que carece de validez". Pancorbo mantiene que da detalles que demuestran que no mataba al azar. Cuando la policía le preguntó si había algún animal en el bar, el acusado explicó que sí, un perro pequeño marrón. "Pero resulta que ese día el perro no estaba en el local. Además, si se conoce la zona donde estaba el bar, era un sitio muy preciso junto a un parque en el que hay difícil huida. Esto da a entender que preveía sus crímenes", concluyó el abogado.
"Impotencia terrible"
A la primera sesión del juicio asistieron algunos familiares de los fallecidos. Entre ellos estaba la hermana del portero asesinado en el número 89 de la calle de Alonso Cano, Amparo Ledesma. "Me ha decepcionado muchísimo. No hay duda de que ha sido él", explicó la mujer. "Ha sido durísimo, porque sientes una impotencia terrible. Ojalá que la justicia cumpla, porque hace falta ser cobarde para matar a una persona como lo hizo con mi hermano. Y dejó con vida a mi sobrino porque estaba indefenso. Menudo criminal", concluyó Ledesma.
Su marido, Antonio Campesinos, es de la misma opinión: "El hecho de que aparezca en su casa de Puertollano una bala percutida indica que tenía la pistola, aunque ésta no haya aparecido. Él es el asesino", añadió Campesinos. "Ha sido muy duro revivir todo eso", señaló con lágrimas en los ojos.
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