ONG de derechos humanos critican que los ex presos políticos marroquíes no puedan denunciar a sus verdugos
Para pasar página de la represión que ensangrentó a Marruecos desde la independencia, en 1956, hasta finales del siglo pasado no basta con que sus víctimas narren en público los secuestros y torturas que sufrieron. Es necesario que se sepa toda la verdad, incluidos los nombres de los verdugos.
Éste es el mensaje que lanzaron, a principios de semana, las tres principales ONG marroquíes de defensa de los derechos humanos, la AMDH, la más reivindicativa de todas, la OMDH, vinculada al partido socialista, y el Foro de la Justicia y de la Verdad, que reagrupa a ex presos políticos.
La Instancia Equidad y Reconciliación (IER), promovida por el palacio real pero dirigida por antiguos presos, organiza desde de diciembre, comparecencias públicas de víctimas de los llamados "años de plomo", entre 1956 y 1999. Son, casi todos, izquierdistas que cuentan las detenciones, torturas y encarcelamiento que padecieron por razones políticas. La única condición es que no divulguen nombres de los que les martirizaron.
Los primeros 12 testimonios fueron retransmitidos en directo, desde Rabat, por la televisión pública. La IER ha celebrado, desde entonces, otras sesiones en Figuig, Errachidia y Jenifra, pero la televisión ya sólo ha difundido, en diferido, extractos de sus relatos.
Éstos, que la prensa recoge ampliamente, demuestran que el Marruecos de la segunda mitad del siglo XX no tuvo nada que envidiar a las peores dictaduras de otros continentes. Suheil Idris, un ex preso, contó, por ejemplo, en Jenifra que un grupo de soldados violó, en 1973, a una niña de 10 años en un centro de detención. La cría murió poco después.
"El método empleado por la IER con relación a los desaparecidos cuya suerte no ha sido establecida" corre el riesgo "de no dar resultados concretos y de no desvelar la verdad", señalan las tres ONG de derechos humanos en un comunicado. Lamentan que la televisión haya dejado de transmitir en directo las comparecencias.
La AMDH ha decidido ir más lejos en su denuncia. Bajo una banderola en la que se podrá leer "Testimonios sin restricciones para la verdad", tiene previsto celebrar, a partir de hoy, sus propias comparecencias en las que las víctimas sí podrán dar nombres de verdugos.
Semanarios independientes
Los semanarios independientes se habían anticipado. En sus ediciones de finales de año también daban la palabra a antiguos presos o a familiares de desaparecidos que no dudaban en culpar a comisarios, a directores de cárceles secretas, que no dependían del Ministerio de Justicia, e incluso a policías y a gendarmes que hoy desempeñan altos cargos. Ante estas acusaciones, permanecen en silencio.
Entre los críticos con la IER figuran también los islamistas legales, cuyo rotativo, At Tajdid, ha pedido que todo esto desemboque "en juicios justos". Aboga, además, porque se examinen los "excesos" cometidos después de los atentados de Casablanca, en mayo de 2003, y se revisen las sentencias de los miles de condenados desde entonces por terrorismo. Por boca de su líder, Mohamed Abdelaziz, el Polisario también arremete contra la IER, a la que considera un instrumento que busca la absolución de un Marruecos responsable de crímenes contra los saharauis.
Si aquéllos señalados por las víctimas que se expresan sin tabúes no han reaccionado, otros se han encargado de hacerlo por ellos. "El procedimiento en curso equivale, de hecho, a juzgar a Hassan II y a Mohamed V", repite Abdelkrim Jatib, un antiguo dirigente islamista reconvertido que ha recabado algunos apoyos. "¡Exhorto al rey [Mohamed VI] a pararlo!".
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