Escribir con la luz
La exposición de Vittorio Storaro (Roma, 1940) en la sala Kubo de San Sebastián, patrocinada por la Kutxa, es sencillamente magistral. En Escribir con la luz, el tres veces laureado por el oscar a la mejor fotografía cinematográfica, reflexiona sobre conceptos claves de la imagen como son: la luz, el color y los elementos. Es el fruto de más de cerca de cuarenta años pensando y viviendo por y para la imagen. Las referencias a pintores, filósofos o científicos son constantes, en lo que puede entenderse como una muy bien resuelta investigación sobre la visión y los interrogantes que plantea.
El origen de la exposición está en la publicación de tres voluminosos libros dedicados cada uno de ellos a los grandes temas indicados con anterioridad. Con esta muestra podría decirse que se cierra el círculo, se completa el periplo iniciado con sus reflexiones escritas. Para hacerlo recurre a una serie de fotografías donde se superponen dos o más tomas distintas. Son distintas situaciones de una misma película, encadenadas para convertirse en una sola unidad estática. Pero a pesar de presentarse como una foto-fija, la interrelación entre las distintas escenas superpuesta y la búsqueda de sentido hace que la mirada cabalgue de una o otra. Así, en el trance de este juego visual, la compleja imagen adquiere un movimiento que genera el propio espectador.
El conjunto de los trabajos se presentan ordenados en función a las películas a las que se refieren. Se incluye también el motivo sobre el que se ha inspirado el autor para concluir su obra. Puede tratarse de la copia de una pintura o de la tira de un comic. Así ocurrió con unas ilustraciones de Tarzán de Burne Hogarth donde el toque surrealista de representar la naturaleza le sirvió como orientación, muy a gusto Coppola, en Apocalypse Now. Este recurso, indica el autor, sirvió para que introducir en la fotografía una serie de colores artificiales, como el humo de los helicópteros o el de las explosiones de napalm, en contraste con la naturaleza. Un conflicto de colores acompañando un conflicto bélico.
Escribir con la luz debe entenderse como un proyecto multimedia donde se reparten imágenes y escritos en distintos apartados para terminar conformando un solo razonamiento fotográfico. Todo ello encaja armoniosamente en un escenario expositivo preparado por la arquitecta Francesca Storaro con ciento quince cine-fotografías de más de cuarenta películas, varios murales, treinta y ocho copias sobre lienzo de las pinturas y dibujos que inspiraron a nuestro autor y un vídeo donde se explica de manera pormenorizada la filosofía y la manera de hacer de Vittorio. Todo un espectáculo inolvidable.
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