Mohamed VI acudirá en Madrid al homenaje principal a las víctimas del 11-M
El hermano del rey de Marruecos, Mulay Rachid, participará en la cumbre antiterrorista
Marruecos va a echar el resto. Con motivo del primer aniversario del 11-M, el rey Mohamed VI se desplazará a Madrid, según fuentes diplomáticas. Su visita será precedida por la de su hermano, el príncipe Mulay Rachid. Nunca han viajado ambos juntos al extranjero. Mohamed VI acudirá, el próximo viernes, junto con los Reyes, al Bosque de los Ausentes que en el madrileño parque del Retiro honrará la memoria de las 191 víctimas mortales de los atentados. Su hermano intervendrá horas antes en la Cumbre sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad que se celebrará en la capital.
El ministro del Interior de Rabat niega cualquier vínculo entre los atentados de Casablanca y Madrid
"Ambos pueblos sufrimos el terrorismo", dice el embajador marroquí en España
El Palacio Real de Marruecos dio, el miércoles pasado, la confirmación a las autoridades españolas del viaje de Mohamed VI a Madrid, según fuentes diplomáticas de ambos países. En ese momento, el monarca alauí efectuaba una visita oficial a Senegal.
"Que yo recuerde, es la primera vez que su majestad y su hermano se desplazan juntos al extranjero", señala Omar Aziman, el embajador marroquí en Madrid. "Eso ilustra la gran importancia que atribuye Marruecos a la relación con España y, más concretamente, a la conmemoración de este triste aniversario". Con esta doble presencia "dejará claro que ambos pueblos somos víctimas del terrorismo y que ambos le hacemos frente juntos".
Curiosamente, la primera vez que el rey don Juan Carlos y el presidente del Gobierno, entonces Felipe González, se ausentaron juntos de España fue en 1991 para visitar Rabat, donde se firmó el tratado de amistad y cooperación hispano-marroquí.
A la cumbre de Madrid y al posterior acto en el parque del Retiro acudirán 23 jefes de Estado o de Gobierno y el secretario general de la ONU, Kofi Annan. Entre los participantes figura el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, quien fue de los primeros en confirmar su asistencia.
"Durante largos años, hasta el 11 de septiembre de 2001, Argelia ha luchado sola contra el terrorismo, pero cada vez que se le ha pedido que se sume a alguna iniciativa ha respondido 'presente", explica Abdelmajid Fasla, embajador argelino. "Por eso vendrá a Madrid el presidente, y también para expresar su solidaridad con las víctimas del 11-M y del terrorismo en todo el mundo", añade.
Las autoridades marroquíes han mantenido una actitud ambivalente de cara al 11-M. Por un lado han querido manifestar su solidaridad con el Gobierno español, sobre todo desde que está dirigido por un presidente socialista, y han multiplicado las declaraciones ofreciendo su total colaboración en la lucha contra el terrorismo.
Pero, por otro, han intentado desvincularse de las explosiones en los trenes pese a que la mayoría de sus autores -44 de los 78 detenidos y 15 de los sospechosos que cumplen prisión preventiva- eran de nacionalidad marroquí. Entre los siete suicidas de Leganés figuraban otros cinco marroquíes.
"Los atentados", declaraba Mohamed VI en una entrevista con EL PAÍS publicada en enero, "fueron cometidos por marroquíes de origen, pero, de hecho, estaban asentados en España desde hace años, tenían papeles; algunos estaban incluso casados con españolas". "En resumen, parecían perfectamente integrados en la sociedad española".
El ministro del Interior marroquí, Mustafá Sahel, recalcaba, por su parte, en otra entrevista con este periódico, que no había nexo alguno entre las explosiones de Casablanca, en mayo de 2003, que causaron 45 muertos y lo sucedido en Madrid 10 meses después.
"¿Hay un vínculo?", se preguntaba Sahel, antes de contestarse: "A priori no, según los elementos de los que disponemos". Las investigaciones judiciales y policiales llevadas a cabo en España no avalan esta tesis.
Dentro de Marruecos han surgido algunas voces que sí establecen una relación entre las acciones terroristas a ambos lados del Estrecho. La que más repercusión tuvo fue la del ex ministro del Interior de Hassan II Driss Basri, quien no dudó en afirmar: "El 11-M fue concebido en Marruecos, donde había un medio favorable".
Sin llegar tan lejos, otros marroquíes reconocen que su país tiene, desde el 11-M, un grave problema de imagen en España y en Europa agravado por el asesinato, en Holanda, en noviembre, del cineasta Theo van Gogh a manos de un inmigrante marroquí.
"Ni la visita de los reyes de España a Marruecos, en enero, ni las conclusiones del juez Juan del Olmo [las cuales eximen a los servicios secretos de Rabat de cualquier responsabilidad] pueden borrar la imagen de que Marruecos exporta a terroristas", afirma, por ejemplo, Rachid Raha, director de la revista Le Monde Amazigh.
Un encuentro en Madrid de Mohamed VI con las familias de las cuatro víctimas mortales marroquíes del 11-M hubiese servido, acaso, para recordar que así como algunos de sus súbditos colocaron bombas otros padecieron esa violencia terrorista. En el séquito real se temía, sin embargo, dar la impresión de que el monarca sólo se interesaba por la suerte de sus compatriotas olvidándose de los españoles.
Cabía también la posibilidad de organizar una reunión mixta, con afectados españoles y marroquíes, pero la delegación que acompañará al rey no sabía a quién elegir entre las asociaciones de víctimas enfrentadas entre ellas. "Están actuando con pies de plomo", comentó un diplomático español.
Reciba o no a las víctimas, con la asistencia de su jefe de Estado al acto culminante de la conmemoración del 11-M, Marruecos quiere manifestar su solidaridad e intentar realzar su imagen dañada.
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