Sevilla y Saura arreglan sus malentendidos sobre el Estatuto

Jordi Sevilla, ministro de Administraciones Públicas, ofreció ayer las explicaciones exigidas por el consejero de Relaciones Institucionales de la Generalitat de Cataluña, Joan Saura, sobre su posición respecto a la reforma del Estatuto catalán. Tras una hora de reunión, que se convocó para resolver una minicrisis, ambos políticos aseguraron que han superado sus malentendidos. El debate sobre la financiación queda pospuesto.

La reunión comenzó con una aclaración que ya antes se había realizado por teléfono. Sevilla sostuvo ante Saura que en Cataluña se habían malinterpretado sus palabras del pasado jueves, que habían provocado un fuerte malestar en el Gobierno catalán. De ahí la cita extraordinaria de ayer. Sevilla había advertido del "peligro de los modelos a la carta, cogiendo trozos de donde me interese, que puede dar lugar a que nos salga un Frankenstein".

Esto se entendió por el Gobierno catalán como un nuevo frenazo a la reforma del Estatuto y una injerencia en el debate del Parlamento autonómico. El ministro aclaró ayer que se refería, de un modo teórico, a todo el modelo de reformas, y no al Estatuto catalán en particular. Saura aceptó, en privado y en público, estas explicaciones.

Sevilla reforzó en la conferencia de prensa posterior, que ofrecieron de forma conjunta como gesto de acuerdo, "el compromiso de ambos Gobiernos en el éxito de la reforma del Estatuto, que forma parte también del programa político de reformas institucionales" del Ejecutivo central. "Cualquier malentendido ocurrido en las últimas semanas ha quedado claro y limpio", insistió Sevilla.

Saura aceptó esas aclaraciones, y destacó que en la reunión se había alabado el "éxito" de los trabajos del Estatuto realizados hasta ahora. Tanto que la ponencia que trabaja en la reforma de este texto podría aprobar un primer documento entre el 20 y el 25 de abril, para seguir después la tramitación en el Parlamento catalán y llegar finalmente al Congreso de los Diputados. El conseller sostuvo que todos los trabajos se están desarrollando "en el marco de la Constitución" y con "un gran acuerdo" en el que participa incluso el PP catalán.

Saura dejó claro, sin embargo, que la parte más polémica de la reforma, esto es, la que se refiere a la financiación, no está incluida en ese pacto que se está fraguando entre todos los partidos catalanes. De hecho, uno de los acuerdos de la reunión fue el de no tratar públicamente este asunto, que tantos conflictos políticos ha traído en los últimos meses, hasta que no sea imprescindible. Un colaborador de Sevilla explicó que es inútil discutir ahora sobre un asunto que aún no está claro ni siquiera entre los partidos catalanes.

Ya una anteriores declaraciones de Sevilla, después de acudir a Barcelona y entrevistarse con Maragall, habían sembrado un fuerte malestar en el seno del Gobierno catalán, porque se entendió que, al descartar que la reforma del Estatuto se planteara en términos de balanzas fiscales, estaba poniendo límites a la reforma.