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EL FUTURO DE NACIONES UNIDAS

La ONU trata de recuperar el prestigio con la mayor reforma desde su creación

Kofi Annan hace un llamamiento al multilateralismo y a garantizar la seguridad colectiva

La negociación para la gran reforma de Naciones Unidas está lanzada. Su secretario general, Kofi Annan, presentó ayer un conjunto de propuestas para revitalizar el organismo, coincidiendo con el 60º aniversario de la carta fundacional. Annan hace un llamamiento al "multilateralismo efectivo" y a la "seguridad colectiva" para poder luchar contra las amenazas actuales -guerras, terrorismo, armas de destrucción masiva y crimen organizado- y recuperar la confianza hacia la institución, dañada por la división que suscitó la intervención militar en Irak hace dos años y diversos escándalos.

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La propuesta de Kofi Annan, que debe ser negociada ahora por los 191 países que integran la Asamblea General para su adopción en la reunión especial prevista para septiembre. La iniciativa se estructura en cuatro pilares y utiliza como base las ideas del documento conocido como Proyecto Milenio y de los expertos del Grupo de Alto Nivel sobre Amenazas, Retos y Cambios, habitualmente llamado Grupo de los Sabios. Éstos son, en síntesis, los puntos esenciales:

- Estructura. Kofi Annan pide a los países que se dote a la institución de los instrumentos y recursos que necesita para hacer frente a los nuevos retos. En el caso concreto del Consejo de Seguridad, se retoman las dos alternativas presentadas por el Grupo de Sabios para ampliar el número de miembros permanentes de este órgano de 15 a 24, aunque se deja la puerta abierta a otras propuestas "viables". En cualquier caso, los actuales cinco miembros permanentes -EE UU, Rusia, China, Francia y el Reino Unido- conservarían el derecho de veto en exclusiva. La fecha que fija para el acuerdo, preferiblemente por consenso, es septiembre de 2005. Además, se propone convertir la Comisión de Derechos Humanos de Ginebra en un órgano similar al Consejo de Seguridad, integrado por un número reducido de miembros que serán designados por la Asamblea General. También se quiere reformar el Comité Económico y Social, y flexibilizar y hacer más transparente el trabajo de la Secretaría General.

- Desarrollo. Se hace un llamamiento a los países ricos a que contribuyan con el 0,7% del PIB para 2015 (0,5% en 2009), para reducir la pobreza a la mitad en una década. También se retoma la propuesta de redefinición del concepto de sostenibilidad de la deuda y se propone crear un instrumento financiero para apoyar iniciativas que tengan efectos inmediatos en la vida de la población. A los países subdesarrollados se les pide que combatan la corrupción, refuercen el buen gobierno y adopten políticas para favorecer la participación del sector privado.

El sida, en opinión de Kofi Annan, es una amenaza tan grande como la del terrorismo. Por ello, pide que se movilicen más recursos para la prevención y tratamiento de esta enfermedad. Lo mismo reclama para la tuberculosis y la malaria. Para mitigar los efectos del cambio climático, se invita a los Estados a que empiecen a trabajar en un nuevo marco internacional, lo más amplio posible, que sustituya al Protocolo de Kioto cuando expire en 2012, y a establecer un sistema de alerta ante catástrofes como la del maremoto de diciembre pasado en Asia. Además, se urge a que se concluyan antes de finales de 2006 las negociaciones en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para impulsar las exportaciones de los países pobres.

- Seguridad. El secretario general defiende el principio de la seguridad colectiva ante las amenazas a la libertad: guerras, conflictos, terrorismo, armas de destrucción masiva, crimen organizado y violencia. Y para evitar la división que suscitó la intervención militar en Irak, se pide al Consejo de Seguridad que adopte una resolución en la que se establezcan los principios del uso de la fuerza. Annan sugiere que ese documento jurídico se apoye sobre las previsiones de la carta (artículo 51, sobre la legítima defensa) y reconozca el derecho al uso de la fuerza preventiva como mecanismo para preservar la paz y la seguridad, incluso en casos de genocidio, limpieza étnica y otros crímenes contra la humanidad.

A la hora de considerar la opción militar, la propuesta de Annan señala que la acción debe ser proporcional a la amenaza y cuando el resultado de la misma sea razonable. Las fases posteriores al conflicto son delicadas y han desembocado muchas veces en nuevos enfrentamientos; por eso se propone la creación de una Comisión de Consolidación de la Paz.

En el caso concreto de la prevención y lucha contra la amenaza terrorista, se pide a la Asamblea General que se acuerde antes de fin de año una definición sobre terrorismo, y para ello abandera los elementos ya propuestos por el Grupo de Sabios. Esa definición servirá de base para una convención internacional que debe estar lista en septiembre de 2003. Se pide que se refuerce el mecanismo multilateral para la no proliferación nuclear y el desarme, haciendo especial énfasis en la necesidad de desarrollar instrumentos para atacar el tráfico ilícito de armas. También se propone buscar alternativas a la adquisición de plutonio enriquecido para evitar que pueda ser utilizado con fines militares y una supervisión efectiva del embargo de armas, además de reforzar la autoridad de la Agencia Internacional de la Energía Atómica.

- Dignidad. Kofi Annan quiere que la reforma de la ONU sea una ocasión para que los países se vuelvan a comprometer con el respeto de los derechos humanos, de las libertades fundamentales, la democracia y el Estado de derecho. La propuesta retoma el principio de la "responsabilidad" a la hora de proteger a la población civil, que recae en primer lugar sobre los propios países, pero ante la que debe responder la comunidad internacional en caso de violación de este principio por parte de un Estado. Se propone la creación de un Fondo para la Democracia que apoyará las acciones de los países en este sentido, y se pide que se consideren vías para reforzar el trabajo del Tribunal Penal Internacional. Además, se quiere reforzar el papel del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, que podrá participar en las deliberaciones del Consejo de Seguridad y ante la Comisión de Consolidación de la Paz.

Kofi Annan, durante su discurso de ayer en la sede de Naciones Unidas.
Kofi Annan, durante su discurso de ayer en la sede de Naciones Unidas.ASSOCIATED PRESS

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