Los líderes de la UE acuden a Bruselas para aprobar reformas que reactiven la economía
Los jefes de Estado y de Gobierno darán luz verde al nuevo Pacto de Estabilidad
Crecimiento y empleo. Son los dos objetivos que hoy concentran los esfuerzos de una UE que sufre desde hace tres años un alarmante estancamiento traducido en un débil crecimiento, un elevado desempleo y una escasa competitividad. Los líderes europeos acuden hoy a una cumbre en Bruselas, dedicada casi en exclusiva a reactivar la economía, para aprobar unas nuevas reglas de juego tras comprobar que las actuales son incumplidas sistemáticamente. Los jefes de Estado y de Gobierno aprobarán el Pacto de Estabilidad reformado el domingo y reactivarán la Agenda de Lisboa.
El camino de las reformas se emprende en un momento tan "importante" como "sensible" para Europa, como recordó ayer el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso. Importante, porque su potencial de crecimiento ha bajado del 3% al 2%, mientras EE UU crece por encima del 4% anualmente; India, por encima del 6%, y China, al 9%. Y sensible, porque las nuevas iniciativas afectan de lleno a países con referendos pendientes sobre la Constitución Europea (Francia, en mayo, o Reino Unido, en 2006) y con periodos electorales a la vista (Reino Unido, este año, y Alemania, el próximo).
"Los tres desafíos cruciales" de esas reformas, "el triángulo de oro", como lo definió ayer Barroso, son ese nuevo Pacto de Estabilidad, la reactivación de la Agenda de Lisboa y las futuras Perspectivas Financieras de las que depende el reparto de los fondos europeos, un asunto crucial para España.
- Pacto de Estabilidad. El aún vigente lo incumplen 10 de los 25 países de la UE, empezando por Alemania y Francia, por tener un déficit público superior al 3% de su producto nacional bruto (PIB). París y Berlín han sostenido que frena el crecimiento debido a su rigidez, basada en la automática apertura de procedimientos por déficit excesivos si un país se salta los límites (3% de déficit y 60% de deuda). El domingo, los ministros de Finanzas acordaron unas nuevas reglas a la medida de París y Berlín: al calcular el déficit, se contemplarán atenuantes y eximentes que incluyen el coste de las reformas estructurales, el gasto en investigación, la ayuda al desarrollo y hasta el precio de la reunificación alemana.
El Banco Central Europeo (BCE) se mostró ayer "preocupado" ante el riesgo de que quede "menoscabada" la confianza en la disciplina presupuestaria de la zona euro. Su presidente, Jean-Claude Trichet, había reclamado sin éxito que no se debilitaran los mecanismos para obligar a un país incumplidor a recuperar la senda del equilibrio presupuestario.
- Agenda de Lisboa. Aprobada en 2000, tenía por objetivo convertir la economía europea en la más competitiva del mundo en 2010. A medio camino del programa, las metas para lograr un 70% de empleados entre la población activa o el 3% de inversión en investigación son vistas ya como inalcanzables. Los líderes de la UE forzarán que, a partir de ahora, cada país publique sus objetivos nacionales y que la Unión facilite el acceso al trabajo, fomente las nuevas tecnologías, recorte la burocracia y cree un Instituto Tecnológico Europeo y un Consejo Europeo de Innovación. Como hasta ahora, todo dependerá de la implicación de cada Estado.
- Perspectivas financieras. Se trata de las grandes líneas presupuestarias de la Unión para el periodo 2007-2013. Apenas se debatirán en la cumbre, aunque la UE pretende aprobarlas en junio. Son aún muy profundos los contenciosos pendientes: España, hoy el país más beneficiado de los fondos europeos, exige una solución porque se arriesga a ser contribuyente neto en 2013; el Reino Unido se niega a prescindir del cheque británico (4.000 millones al año); Alemania se empeña en rebajar sus aportaciones... Preguntado ayer Barroso si confía en que Berlín cambie su posición tras el regalo del Pacto de Estabilidad, respondió: "Espero que sí".
A la cumbre asistirán también los ministros de Exteriores, como es habitual, y los titulares de Finanzas, presentes en las cumbres de primavera porque están dedicadas a temas económicos. La candidatura del número dos del Pentágono, Paul Wolfowitz, a presidir el Banco Mundial será una de las cuestiones polémicas a tratar. Barroso pidió ayer que no haya "prejuicios" sobre el candidato, pero será difícil evitarlos en una UE aún herida por la grave división que sufrió por la guerra de Irak. Consciente de ello, Wolfowitz acudirá próximamente a Bruselas para explicar su programa. De lo que sí hablarán los jefes de Estado y Gobierno es de la llamada directiva Bolkestein, el proyecto legal para liberalizar el comercio de servicios que enfrenta a los nuevos países de la UE con los antiguos y, sobre todo, a Francia con la Comisión Europea.
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