'Carajotes' y valientes
Pérez-Reverte se reúne con 800 alumnos gaditanos para charlar sobre 'Cabo Trafalgar', su última novela
El escritor murciano Arturo Pérez-Reverte llegó ayer al Gran Teatro Falla con templanza. "Ya lo he hecho varias veces, esto no da miedo", tranquilizaba a sus acompañantes. El peligro era la mirada expectante de 800 almas adolescentes que acudieron para verle y conversar con él sobre Cabo Trafalgar, su última novela.
El acto, organizado por las editoriales Alfaguara y Santillana, contaba con la representación de 12 centros públicos y privados de Cádiz, Barbate, Conil, Vejer y Algeciras. Como en las mejores noches de Carnaval, el Falla se llenó hasta el Paraíso.
Con independencia de su calidad como escritor, Pérez-Reverte responde al canon de la perfecta figura mediática. Su presencia sobre el escenario, la rapidez de sus respuestas, el tono directo y cercano con que se dirige a su auditorio, enganchan de inmediato a un público difícil por naturaleza.
Tan pronto se pone solemne para aseverar que "el conocimiento de la historia es el mejor modo de estar lúcido para entender el presente", que despierta la hilaridad cómplice. Como cuando uno de los alumnos le reprochó que en sus textos eche mano, con demasiada frecuencia, de un lenguaje deliberadamente soez: "Cuando a uno le pasa silbando una bala, es difícil decir '¡uy, córcholis!'", respondió. El guiño fue de una eficacia absoluta.
Escuchaban los estudiantes y tomaban nota los profesores presentes, sobre todo en lo relativo a técnicas para concitar la atención y estimular el gusto por la letra impresa, verdadero calvario para la mayoría de los docentes.
"La novela de Pérez-Reverte nos ha servido para trabajar varios campos", aseguró el presentador del acto, José Manuel García Gil, director del colegio Argantonio. "Puesto que muchos alumnos ya se la habían leído, hemos dedicado el tiempo de algunas clases a analizar los principales pasajes, pero también a revisar qué sucedió en la batalla de Trafalgar. De paso, nos hemos asomado un poco a Galdós y sus Episodios nacionales", añadió.
Las curiosidades de los muchachos oscilaron entre los personajes de la novela ("el protagonista eres tú, el lector", insistió Pérez-Reverte), el proceso de composición de la misma y los escenarios reales de la trama.
Pero la charla de Pérez-Reverte también sirvió como lección cívica. Cuando uno de los alumnos le preguntó sobre la diferencia entre el valor, la temeridad y la estupidez, el escritor respondió sin dudas: "Un carajote es un tío de 18 años que se toma cinco copas y pone el Seat Ibiza a 180 por la carretera. Cuando ese cretino se pega un leñazo, esa temeridad es estúpida e inútil. Como Clint Eastwood en Sin perdón, pierde todo lo que tiene y lo que podría tener. Si ese mismo joven interviene cuando a una mujer le quieren robar el bolso o sale en defensa del chaval tímido al que están hostigando en el patio del colegio, puede que le rompan la cara, pero ese sí es un valiente".
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