La Universitat de València y la de Alicante estrechan sus relaciones académicas con China
El "mayor exportador de estudiantes" es visto como el primer paso en la apertura hacia Asia
La Universitat de València ofreció este curso por primera vez estudios de lengua y cultura china. Se formó un grupo de 80 alumnos, "pero igual podría haber sido de 300", asegura Vicent Andreu, delegado del rector para Relaciones Internacionales. En menos de una semana las plazas se habían cubierto y el curso que viene ofrecerán el doble.
El Centro de Estudios Orientales de la Universidad de Alicante arrancó en 1998 con 11 estudiantes. Hoy tiene 600. Nada raro, recordó la semana pasada su directora, Ana Martínez, dadas las relaciones económicas que la provincia mantiene con el país asiático.
Las universidades miran hacia China, un coloso económico que, según Andreu, experimenta un rápido desarrollo en materia de calidad académica y en número de alumnos. A juzgar por la conferencia que Wang Zhiwei, primer secretario de Educación de la embajada China en Madrid, ofreció la semana pasada en Valencia, el interés es recíproco: 25 universidades de su país enseñan español y cada año se matriculan 500 nuevos estudiantes de Filología Española. Un número todavía modesto, matizó Wang, si se recuerda que la población china rondaba los 1.300 millones en 2004.
Se busca evitar que ocurra como "con el textil" y lleguen demasiados alumnos
Pero a China le interesa España. Y Latinoamérica. A finales de 2003 Pekín abrió en su embajada en España una oficina de Educación. Según su primer secretario, las negociaciones con el Ministerio de Educación están cerca de concretarse en dos convenios para el reconocimiento de títulos.
China prevé abrir además una sede del Instituto Confucio -similar al Cervantes- en Madrid, a la que seguirían otras en Barcelona y Valencia. Y según Óscar Pujol, director de Programas Educativos de la Casa de Asia de Barcelona, uno de los invitados a las jornadas sobre China organizadas por la Universitat, el país "se está convirtiendo en el mayor exportador de estudiantes del mundo".
La idea de la Universitat de València, siguiendo los pasos de universidades con más experiencia, como la de Granada o Alicante, es cerrar pronto convenios con cinco centros chinos -de Pekín, Shangai y de la provincia de Guandong- El próximo curso empezarían a salir los primeros profesores y alumnos valencianos, y podrían concretarse proyectos conjuntos de investigación.
El impulso al intercambio, respaldado la semana pasada por el rector Francisco Tomás, no se hace sin prevenciones. La principal, señala un cargo de la Universitat, es evitar que ocurra "lo mismo que ha pasado con el textil" chino, que ha inundado los mercados europeos y norteamericanos desde la liberalización de su comercio, en enero de este año.
El número potencial de estudiantes chinos dispuestos a venir es tan importante que las universidades consideran necesario establecer un mecanismo de equilibrio, que mantenga las proporciones de salidas y entradas en torno a tres a uno como máximo.
Interesa especialmente, añade la misma fuente, la llegada de alumnos de posgrado que se integren en el campo de la investigación. Y que retornen: chinos que pasen una temporada en Valencia y vuelvan China, de modo que se cree una red de "contactos personales", un factor que los especialistas destacan como clave para cualquier tipo de negocios en aquel país.
China es vista además como el primer paso de la apertura de la universidad a Asia, según el vicerrector de Política Científica y Cooperación Internacional, Manuel Costa. Está prevista la firma de convenios con la India y Corea del Sur.
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