Belleza muy útil
Ljubójevic-Browne.
Amsterdam, 1972.
Blancas: Ra5 y peón en b3. Negras: Rc6 y peón en f7.
He aquí una pequeña obra de arte, especialmente dedicada a quienes sostienen que los estudios compuestos no son útiles en el ajedrez de competición. La partida de referencia se disputó entre el serbio Ljubomir Ljubójevic, residente en Linares desde hace muchos años, y el estadounidense de origen australiano Walter Browne. Se llegó a la posición del diagrama (Blancas: Ra5 y peón en b3. Negras: Rc6 y peón en f7), y Browne, conocido por su nerviosismo extremo, forzó el empate de inmediato con 39... f5 40 Rb4, y se acordaron las tablas, ya que tras 40 Rb4, f4 41 Rc4, f3 42 Rd3, Rc5, ambos peones están controlados. Pero si Browne hubiera conocido un estudio de Grigóriev de 1928, habría ganado la partida. La idea consiste en que el rey blanco tenga que elegir entre dos males: acudir a evitar la coronación del peón de f7, en cuyo caso será bloqueado por el monarca blanco, o apoyar al suyo, lo que implica ser arrastrado a una casilla muy desfavorable. Pero eso no se consigue con 39... Rc5, ya que 40 b4+ gana un tiempo precioso al dar jaque. El movimiento exacto es 39... Rd5!!, y si ahora 40 Rb4, las negras ganan con 40... Rd4 41 Ra3, f5 42 Rb2, f4 43 Rc2, Re3 44 Rd1, Rf2 45 b4, f3 46 b5, Rg2 47 b6, f2 48 b7, f1=D+, y el resto es una cuestión de técnica muy fácil: las negras ganarán el peón de b7 a base de jaques en tres jugadas, y luego darán mate al rey solo. La variante más bonita es 40 b4, f5 41 b5, f4 42 b6, Rc6! (un detalle fundamental, como pronto se verá) 43 Ra6, f3 44 b7, f2 45 b8=D, f1=D+, y las negras ganan porque su peón ha coronado con jaque hacia la fatal casilla c6.
Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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