Italia busca a 13 agentes de la CIA por el secuestro de un integrista egipcio
Capturado en pleno centro de Milán en 2003, Abu Omar 'desapareció' tras ser torturado
Una juez italiana, Chiara Nobili, ha emitido órdenes de arresto contra 13 agentes de la CIA, entre ellos un ex cónsul de EE UU en Milán, por secuestro de persona con agravantes. Los agentes son acusados de secuestrar en pleno centro de Milán a un ciudadano egipcio, sospechoso de mantener contactos con Al Qaeda, y de trasladarlo a El Cairo, donde sufrió siete meses de torturas ininterrumpidas. El presunto delito de los agentes ocurrió el 17 de febrero de 2004. La víctima, Hasan Mustafá Osama Nasr, también conocido como Abu Omar, desapareció en Egipto en mayo de 2004.
El secuestro y la muy probable responsabilidad de la CIA eran conocidos desde el primer momento y habían sido denunciados repetidamente por la comunidad musulmana en Italia, por políticos del centro-izquierda y por organizaciones de defensa de los derechos humanos. Toda la peripecia, incluyendo el traslado de Hasan Mustafá Osama Nasr a El Cairo, fue reconstruida con facilidad porque los teléfonos móviles de los ejecutores de la acción permitieron detectar sus movimientos.
La orden de arresto, sin embargo, tuvo que esperar hasta que la juez Nobili obtuvo las identidades de cada uno de los implicados. Por el momento, sólo se conoce la del presunto jefe: Robert Seldom Lady, nacido en Guatemala en 1954, veterano de la guerra sucia en Centroamérica, cónsul de Estados Unidos en Milán desde septiembre de 2000 hasta finales de 2004, y actualmente en paradero desconocido.
El grupo estadounidense, del que formaban parte tres mujeres, interceptó a Abu Omar (al que la policía italiana mantenía bajo vigilancia) a las 12.30 del 17 de febrero de 2003, cuando el supuesto colaborador de Al Qaeda se dirigía a la mezquita de la calle Jenner. Una mujer vio cómo le introducían por la fuerza en una furgoneta blanca sin ventanillas, mientras Abu Omar pedía auxilio en árabe. Dos de los presuntos secuestradores llevaban uniformes de la policía italiana. Por el momento, según indicaba ayer el Corriere della Sera, la juez no ha podido confirmar si los servicios secretos italianos fueron previamente advertidos por la CIA o si ésta actuó sin avisar. El Gobierno de Silvio Berlusconi mantiene un estricto silencio.
En cuanto Abu Omar fue cargado en la furgoneta, uno de los agentes llamó al móvil de Seldon. A las 18.20 los 17 teléfonos móviles que utilizaba el grupo estaban en la base aérea estadounidense de Aviano, donde embarcaron en un jet privado bajo código Spar 92 (que significa persona no identificable a bordo y volaron a otra base estadounidense en Alemania. Allí cambiaron de avión. Un Gulfstream perteneciente a la sociedad de béisbol Red Sox, de Boston (el propietario de los Red Sox ha admitido haber alquilado el avión a la CIA), transportó al grupo desde Alemania a El Cairo, donde el ministro del Interior egipcio, Habib al Adly, ofreció al secuestrado la posibilidad de convertirse en informador. Abu Omar se negó y fue internado en la prisión de Al Tora. Pocos días después, la policía italiana detectó que el móvil del cónsul Seldon Lady se encontraba también en El Cairo y asistía a los primeros interrogatorios.
Los presuntos miembros de la CIA, que antes del secuestro se habían alojado en los hoteles más lujosos de Milán (la factura total ascendió a 120.000 euros, sin comidas), celebraron el éxito de la operación con una fiesta en el hotel Westin Europe de Venecia, celebrada el 19 de febrero de 2003. Después, dos parejas se separaron del grupo y pasaron unos días de placer en sendos hoteles junto al mar.
"Cerca de la muerte"
De Abu Omar no se supo más hasta el 20 de abril de 2004, cuando llamó por teléfono desde Alejandría a su esposa, Nabila, que permanecía en Milán, y al imán de una mezquita milanesa, Mohamed Reda. A su esposa le dijo que había estado "muy cerca de la muerte", pero debía "permanecer tranquila". Al imán le contó que durante siete meses había sido sometido a torturas cotidianas: electrodos en los genitales, palizas, música a altísimo volumen, cambios bruscos del frío al calor... A consecuencia de las torturas, explicó Abu Omar en su conversación telefónica, sufría incontinencia, insuficiencia renal y sordera y apenas podía andar. Abu Omar le rogó a su amigo que guardara silencio absoluto, porque las autoridades egipcias le habían impuesto que callara lo ocurrido como condición para concederle la libertad.
La policía egipcia supo que Abu Omar había llamado a Milán y le detuvo de nuevo el 13 de mayo de 2004. Desde entonces se ignora si está encarcelado o muerto. La principal autoridad musulmana de Milán, el imán Abu Imad, ha hecho un llamamiento a "todos los fieles" para que cooperen con la justicia italiana. Abu Imad teme por la vida de Abu Omar, ya que podría testimoniar contra los agentes de la CIA y sus auxiliares egipcios. En Washington, un portavoz de la CIA dijo que no había nada que comentar.
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