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TERROR EN LONDRES | La identificación

Las familias de las víctimas empiezan a desesperar

La lentitud en la confirmación de la identidad de los cadáveres ahonda la angustia de los allegados

Guillermo Altares

El paso de los días no hace más que aumentar la tensión y el horror de las familias de las víctimas de los atentados del jueves en Londres, muchas de las cuales todavía no han recibido la confirmación definitiva de la muerte de sus seres queridos.

Anoche habían sido identificados cinco de los 52 muertos confirmados hasta el momento, y la prensa británica recogía las primeras quejas de los allegados ante la lentitud de la información.

"La frustración es perfectamente comprensible, pero no podemos hacer otra cosa", explica el comandante de Scotland Yard, Steve Allen, responsable de la relación de la Policía Metropolitana con las familias de las víctimas o desaparecidos. "Es una misión muy compleja. Seguimos sacando cuerpos del túnel entre King's Cross y Russell Square y estamos trabajando lo más rápido que podemos. Lo que quiere la gente que viene aquí es información y en muchos casos todavía no podemos dársela", agrega Allen, que asegura haber dormido 12 horas desde el jueves.

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El mando policial se encontraba en el nuevo Centro de Atención a las Familias, que fue abierto ayer. El anterior, instalado en un gimnasio, no cumplía las condiciones necesarias para un proceso que se prevé largo, según explicaron diferentes responsables de este lugar. Ahora, el espacio al que pueden acudir las familias de las víctimas ha sido trasladado a una enorme sala de conferencias, con una bella cúpula de cristal cubierta por cortinas, que pertenece a la Real Sociedad de Horticultura, que se encuentra unas pocas manzanas al sur de la estación de Victoria.

Por ahora, cinco de las 52 víctimas mortales confirmadas han sido oficialmente identificadas; pero sólo las familias de tres han permitido que sus nombres sean difundidos -Jamie Gordon, de 30 años; Philip Stuart Russell, de 28, y Susan Levy, de 52-. El lunes, los medios de comunicación dieron como identificada a Gladys Wundowa, pero su nombre no fue anunciado por la policía, sino por el lugar donde trabajaba, el Colegio Universitario de Londres (UCL). "Las informaciones de la prensa sobre Wundowa no han hecho más que aumentar el estrés de su familia", aseguraba anoche una portavoz de Scotland Yard. El UCL lamentó la equivocación.

"He estado sentado aquí y nadie me cuenta nada. Estamos destrozados. ¿Qué está ocurriendo aquí? La BBC y Sky News están difundiendo que mi esposa está muerta, pero a mí no me lo ha dicho nadie. Seguimos esperando noticias sobre Gladys", aseguró al diario The Guardian su marido, Emmanuel Wundowa, en la noche del lunes. Graham Russell, cuyo hijo fue finalmente identificado ayer, también mostró su enfado ante la lentitud policial: "El problema es que tu familiar ha desaparecido y quieres encontrarlo inmediatamente, no quieres encontrarlo mañana. Cualquier retraso es una crucifixión".

"Lo más difícil es la espera, porque todos quieren tener noticias lo más rápidamente posible", explica Lynn Mastroddi, responsable de operaciones de la Cruz Roja en el sur de Inglaterra y coordinadora del apoyo psicológico a las familias en el centro de atención. "Algunos muestran su frustración, mientras que otros se resignan y esperan", agrega. Una fuente policial añadió por su parte: "Es una polémica que no puedo entender. ¿Acaso alguien quiere que le comuniquemos una información que no es fiable? El proceso tarda lo que tarda y hacemos todo lo posible para que sea rápido".

El comandante Steve Allen explica que, desde el jueves, han recibido cerca de 150.000 llamadas. La policía también ha recogido avisos sobre 4.000 personas, la inmensa mayoría porque se encontraban en Londres el día de los ataques. Los casos que están siendo investigados a fondo son aquellos de la gente que estaba en el lugar de las explosiones y que no se ha puesto en contacto con nadie desde entonces. Según reveló el lunes Brian Paddick, uno de los responsables de la Policía Metropolitana, cuando las fuerzas de seguridad tienen clara la identidad de alguien, por su ropa o por algún documento, el dato es comunicado a las familias, pero la información no se hace pública hasta que terminen las pruebas forenses, sobre todo de ADN.

Enlaces

"Todas las familias de las que se teme que su desaparecido ha muerto en los atentados ya tienen asignado un enlace", explicó ayer Tessa Jowell, la secretaria (ministra) de Cultura, a quien Tony Blair ha encargado la coordinación de la ayuda a las familias, durante su visita al centro. "Cada vez que pasa algo así, siempre se tiene la esperanza de que la próxima vez se hará mejor. Lo importante es que las familias tengan un lugar en el que recogerse y ser informadas", agregó Jowell.

Con operarios de Ikea terminando de traer los muebles después de toda una noche de trabajo, el nuevo centro cuenta con un gran espacio lleno de sillones y mesas, una cafetería, una zona de juegos para niños, varios ordenadores con conexión a Internet, un rincón con una televisión, además de salas privadas. "El centro estará abierto durante semanas, mientras las familias lo necesiten, pero la policía irá poco a poco cediendo el terreno a la Cruz Roja", afirma el comandante Allen.

El lugar, por el que por hasta ahora han pasado 40 familias, ha sido diseñado para que los allegados puedan ser entrevistados por la policía; primero para facilitar la identificación a través de la recogida de todo tipo de datos y luego para recibir apoyo psicológico y encontrarse con otras víctimas. También son informados sobre sus derechos en cuanto a pensiones o indemnizaciones y sobre todos los detalles de la investigación criminal abierta tras los atentados y del proceso forense.

Una inmensa morgue ha sido instalada, bajo unas tiendas blancas, en el Cuartel General de la Honorable Compañía de Artillería, un bello edificio situado en City Road, al este de Londres, al que el acceso está totalmente restringido. "Los forenses están trabajando 24 horas sobre 24", explica una portavoz del Centro de Emergencias creado tras los atentados del jueves. La Comisión de Identificación está presidida por Paul Knapman, el coroner (juez especializado en asuntos forenses) de Westminster, que es quien finalmente determina el nombre de la víctima siguiendo las estrictas normas del sistema judicial británico. Todos los policías, forenses, antropólogos y expertos que estaban dedicándose a la identificación de las víctimas del maremoto del sureste asiático de diciembre han sido trasladados al equipo que se dedica a los atentados. Aun así, las fuerzas de seguridad insisten en pedir a las familias paciencia en una espera que cada vez se hace más terrible.

Un policía dirige un robot para detectar explosivos en un barrio de la ciudad de Leeds.
Un policía dirige un robot para detectar explosivos en un barrio de la ciudad de Leeds.REUTERS

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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