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Fabra afirma ante más de un millar de personas que no dimitirá porque no hay "ninguna razón"

El presidente de la Diputación de Castellón recibe un homenaje con escasos altos cargos

María Fabra

Más de un millar de personas se reunieron ayer en un restaurante de la playa de Castellón para rendir homenaje al presidente de la Diputación y del PP provincial, Carlos Fabra, que está siendo investigado por la posible comisión de uno o varios delitos contra la Administración Pública y por un presunto delito fiscal. El homenajeado les aseguró que no tiene "ninguna razón" para presentar su dimisión. El local en el que se celebró el homenaje al dirigente del PP no tiene la licencia de actividad en regla y carece del aforo suficiente para albergar al millar de comensales.

De hecho, el Ayuntamiento de Castellón inició un expediente sancionador que imponía una multa, el cierre de la actividad e incluso el derribo de parte del establecimiento, que no ha sido ejecutado. Todo ello no fue obstáculo para que en el acto de desagravio a Fabra se encontrara presente el alcalde de la capital castellonense, Alberto Fabra.

El Gobierno Valenciano estuvo representado por su vicepresidente, Víctor Campos, y el consejero de Sanidad, Vicente Rambla, ambos castellonenses y deudores a Fabra de buena parte de su carrera política. No acudió, sin embargo el presidente de la Generalitat. Francisco Camps, aunque estaba de acuerdo con la convocatoria, prefirió inaugurar un parque dedicado a los animales vecino a Terra Mítica y asistir, en Alicante, a la gala de las Artes Plásticas. Con motivos similares o con excusas por "razones personales", el resto del Gobierno Valenciano excusó su presencia.

El portavoz del Consell, Esteban González Pons, calificó de "natural" la presencia del vicepresidente y consideró "poco democrático" que se juzgue a quien "no está imputado", pese a que Fabra lo está por dos motivos.

Bajo el lema "A tu lado somos muchos" se proyectó un vídeo con imágenes de la vida política de Fabra, con el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, con Rodrigo Rato y con los ex presidentes de la Generalitat, Eduardo Zaplana y José Luis Olivas, entre otros. Con testimonios de familiares y amigos, la proyección se inició con un "somos los que somos y estamos los que estamos" dicho por el propio Fabra. La intervención de su hermano, José Alberto, fue la más tajante al situar en "bastardos intereses" el origen de las acusaciones de las que es objeto el líder del PP de Castellón. "A todo cerdo le llega su San Martín", añadió su hermano.

Carlos Fabra, entre aplausos, protagonizó una breve intervención en la que afirmó no tener "ninguna razón" para no seguir al frente de la Diputación de Castellón y se manifestó objeto de un "acoso político y mediático sin precedentes". "Vuestra presencia es una manifestación de desacuerdo con esta persecución", dijo a los asistentes e "indicador de la salud democrática de este país porque respetáis la presunción de inocencia". Después de haberse tomado "una pastillita" por prescripción facultativa, Fabra agradeció el "respaldo" y la "valentía" a todos los asistentes.

La base del PP de Castellón estuvo ampliamente representada. Alcaldes y concejales acudieron a arropar a su presidente. Numerosos militantes de base también pagaron los 30 euros que costaba la cena; aunque algún sector minoritario confesó que acudía porque "hoy se señala más a quien no está, que a quien está". Entre los ausentes significados el ex alcalde de Castellón, José Luis Gimeno, quien dimitió de su cargo como culminación al enfrentamiento que ha mantenido con Carlos Fabra durante años. La organización tuvo palabras para excusar la ausencia de Gimeno, del golfista Sergio García y del delegado de Canal 9 en Castellón antes de asegurar que, incluso, ha funcionado la reventa debido a la amplia demanda registrada para acudir al homenaje.

El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, anoche, junto al consejero Víctor Campos y su esposa.
El presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, anoche, junto al consejero Víctor Campos y su esposa.ÁNGEL SÁNCHEZ

Más constructores que azulejeros

La llegada de Monserrat Vives, la ex esposa de Vicente Vilar, el empresario cuya denuncia fue el origen del procedimiento judicial en el que Carlos Fabra está inmerso, fue una de las más comentadas de la noche. Vives se sentó en una mesa cercana a la familia Fabra y también cerca de un grupo de empresarios entre los que destacaban más los dedicados a la construcción o la obra pública que los azulejeros. Entre los asistentes se encontraban el secretario de la Cierval, Rafael Montero, el de la Asociación de la pequeña y mediana empresa (Pymec), José Pascual Serrano, el director general de Lubasa, Arcadio Gómez, el gerente de PGP, Pedro Gimeno, representantes de Tierra Atomizada, como Jaime Ramos, de Rocersa, como Antonio Piquer, del grupo Gimeno, como Enrique Gimeno, y de Porcelanosa, como Silvestre Segarra. Sin embargo, la representación del azulejero fue más bien escueta. No se dejó ver ninguno de los dirigentes de la patronal cerámica. Sí estuvo el presidente de la Cámara de Comercio, Salvador Martí Huguet, la presidenta de la AVL, Ascensión Figueres, el ex subdelegado del Gobierno, Vicente Sánchez Peral, el presidente de la Autoridad Portuaria, Juan José Monzones, el director de Castellón Cultural, Vicente Farnós, o el presidente de la Fundación Caja Castellón, Antonio Tirado, alcalde de Castellón con el PSOE. Del mundo del deporte, el ex presidente del CD Castellón Antonio Bonet, y el presidente del Villarreal, Fernando Roig. Entre los políticos, los alcaldes de Vila-real, Oropesa, Cabanes, Almassora, Borriol, Ribesalbes, Peñíscola y Montanejos, entre otros, diputados y senadores, el secretario autonómico de Economía, José Manuel Vela, y el director de Ordenación, Evaluación e Investigación Sanitaria, Alfonso Bataller.

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