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Crece la demanda de medicamentos en farmacias para ser usados como drogas

El colegio profesional crea un observatorio para evaluar el fenómeno

Las farmacias de Barcelona han constatado un incremento de la demanda de algunos medicamentos que, ingeridos en dosis inadecuadas y en combinación con otras sustancias, como el alcohol, se utilizan en ambientes lúdicos para obtener efectos similares a los de las drogas. Con el fin de determinar el alcance de este fenómeno en Cataluña, del que no se tienen datos aunque se considera todavía incipiente, y para tomar medidas para frenarlo, el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona ha creado el primer Observatorio de Medicamentos de Abuso, en el que participarán 2.200 oficinas de farmacia de la provincia.

Las farmacias de Barcelona, a las que se espera que se sumen las del resto de Cataluña, actuarán como "sensores" para recabar datos sobre qué fármacos se están utilizando para experimentar sensaciones de desinhibición, estimulación o alucinaciones en ambientes recreativos. Las farmacias aportarán también datos que ayudarán a dibujar el perfil de los usuarios que demandan estas sustancias, a menudo con recetas falsas. Esta información será utilizada por el nuevo Observatorio de Medicamentos de Abuso para evaluar la situación actual en Cataluña y España sobre el uso lúdico de medicamentos, así como el abuso de psicofármacos. "En Estados Unidos ya se abusa más de los fármacos legales que de las drogas convencionales", dijo el presidente el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, Joan Duran, quien destacó la necesidad de que en España se tomen medidas a tiempo para evitar que se extienda un fenómeno todavía minoritario.

La alerta sobre el consumo de fármacos con fines distintos a los terapéuticos se dio en los años 2003 y 2004, cuando se observó un aumento de la demanda de un anestésico de uso veterinario, la ketamina, que empezó a consumirse en zonas de ocio como alucinógeno. Rafael Borràs, director del Observatorio de Medicamentos de Abuso, apuntó ayer algunos de los principios activos farmacológicos que, además de la ketamina, están consumiéndose cada vez más con fines recreativos. Es el caso del cloruro de etileno, un anestésico de uso tópico utilizado en el ámbito deportivo. Esnifado, señaló Borràs, este producto provoca efectos estimulantes y comportamientos agresivos.

El director del observatorio citó también el caso de un medicamento tan común como la codeína, indicada para combatir los síntomas de la gripe o los resfriados y que en dosis elevadas produce dependencia y genera alucinaciones, vértigo y pérdida de la noción de la realidad. Otro medicamento susceptible de ser consumido de forma recreativa es el dextrametorfano, utilizado para tratar la tos seca, pero que en dosis elevadas produce efectos alucinógenos. Borràs explicó que este principio activo puede resultar muy peligroso si se combina con el éxtasis, ya que incrementa el riesgo de sufrir el denominado golpe de calor, que puede ser mortal.

El modafinilo y el metilfenidato, indicados para tratar un trastorno del sueño denominado narcolepsia, se empiezan también a consumir en ambientes lúdicos para lograr efectos estimulantes.

Los farmacéuticos se negarán a dispensar estos fármacos cuando sospechen que se demandan para un uso lúdico. Borràs explicó que en estos casos el usuario suele presentar recetas falsas o obtenidas de un allegado que lo toma por prescripción médica.

El observatorio también se adentrará en el ámbito de Internet, vía por la cual muchos usuarios obtienen fácilmente estos medicamentos, y vigilará el abuso de psicofármacos. Borràs señaló que este abuso puede darse en personas que han finalizado el tratamiento pero que han adquirido dependencia a los tranquilizantes. También se utilizan para mitigar la excitación que provoca la cocaína.

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