Castella, herido grave
El toro más serio de la tarde fue el quinto, con una guadaña por pitón derecho. Castella apostó por él desde el primer momento. Ni una prueba antes de un ajustado pase cambiado por la espalda en el mismo platillo. Buen son tuvo el toro en las primeras series por la derecha. Bien aprovechadas por Castella, que se lo enroscó. Una dosis de valor en cada muletazo y una mezcla de firmeza e inseguridad en todo. Por la izquierda el toro le protestó, se rebrincó y no le dejó. Volvió a la mano derecha y al rematar la inmediata serie por el pitón izquierdo, surgió la cogida. El segundo, al paso y defensivo, le hizo perder terreno a Castella tras cada muletazo. El equilibrio que quiso imponer el torero lo rompió sin miramientos un toro de nulo contenido.
Tabernero, Sánchez / Uceda, Castella, Marín
Toros de Juan y Alipio Pérez Tabernero y dos, 2º y 6º, de Ángel Sánchez, desiguales de presencia y juego. Uceda Leal: tres pinchazos, entera, dos descabellos -aviso-, otro más (silencio); estocada (silencio). Sebastián Castella: pinchazo, media, -aviso- y tres descabellos (silencio); cogido, mató el toro Uceda de media y dos descabellos (saludos de la cuadrilla de Castella). Serafín Marín: pinchazo -aviso-, media y tres descabellos (saludos); entera baja (oreja). Plaza de Valencia. 22 de julio. 7ª de feria. Media entrada. Castella fue asistido en la enfermería de una cornada en la cara posterior del muslo derecho de pronóstico grave.
Serafín Marín no necesitó negociar con el tercero para imponer su autoridad. Sin previo aviso, apenas en un par de pases de tanteo en busca del terreno adecuado, se dispuso en el centro del ruedo. Plantó allí su bandera, acotó el espacio y gobernó la situación. Manejó la derecha con temple, con mimo. El toro tomó la muleta obediente, convencido, también templado. Las series por ese lado tuvieron diverso dibujo: compás abierto, pierna contraria adelantada o retrasada, según pedía el toro. Ese toreo en redondo goteó solemnidad y longitud. Un par de series con la izquierda, menos ligada, también fueron bien selladas. Y en todo, un dominio de la situación. El remate final fue distinguido: manoletinas elegantemente cortadas. Envidó a todo o nada el catalán en el sexto. En éste sólo cabía la opción del valor. Muy quieto Marín, aguantó coladas a diestro y siniestro. Labor firme y convencida.
Uceda llegó, vio y se marchó sin hacer ruido. No hubo acuerdo con el primero. Con el cuarto, que se paró, desistió pronto.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.