Curiosidad sensorial en Berlín
Cuatro propuestas para atrapar el lado más creativo de la ciudad
Existe un Berlín a contracorriente, el Berlín de los sentidos, que te permite darte un baño en plena ciudad, comer en un restaurante a oscuras, o que incluso te ofrece arte mientras duermes. Ver, degustar, sentir. Parece que la capital alemana quisiera reírse de la relatividad de las cosas, invertir la causa-efecto o, al menos, ponerse en el lugar de los demás. ¿Cómo se puede dormir en una habitación-galería única en el mundo? ¿Qué sentir sumergiéndose en unas aguas rodeadas de otras contaminadas? ¿Qué tal una sopa a oscuras?
1 El hotel de los artistas
El hotel Künstlerheim Luise es un auténtico hogar de la creatividad. Desde que abres los ojos, estímulos artísticos te llenan las retinas, ya que este hotel-galería, antigua residencia de artistas antes de la caída del muro, ofrece dormir en una habitación concebida íntegramente por un artista plástico; cada habitación, un artista, con estilos que van desde el pop hasta el clasicismo más sobrio o el minimalismo. Este hotel, con algo más de 45 habitaciones y precios que oscilan entre 48 y 149 euros la noche, ofrece espacios surrealistas en los que, por ejemplo, la cama gigante empequeñece enormemente al visitante o lo sumerge en atmósferas zen, dormitorios con duchas que parecen una nave espacial u otras en las que los calcetines de colores (esculturas en madera) suben por las paredes. Este edificio neoclásico de 1825, además, está tan céntrico que desde sus ventanas se puede ver el Parlamento y también el río Spree.
2 Las playas del río Spree
La asociación alemana City Art Project promueve, a través del arte, las buenas relaciones entre el entorno urbano y la vida cotidiana. Por eso convocó un concurso internacional con el que premiar el proyecto que mejor integrara el contaminado río Spree en la ciudad de Berlín. El estudio canario AMP Arquitectos -en su momento compuesto por José María Rodríguez Pastrana, Felipe Artengo Rufino y Fernando Martín Menis- y la artista berlinesa Susanne Lorenz acudieron al concurso junto a otros 32 participantes de más de 12 países. Y se llevaron el primer premio, de manera que, con su empuje, auparon aún más este Berlín de los sentidos. "Nuestro proyecto interpretó el tema del puente como una reanimación de la conexión entre la ciudad y el río. Siempre se pudo nadar en el Spree, al menos hasta antes de la I Guerra Mundial", comenta José María Rodríguez Pastrana.
El resultado es un fabuloso invento, a medio camino entre la instalación artística y la audacia arquitectónica, de una piscina sumergida en las aguas a la que se accede por un puente que surge desde una playa ficticia pero llena de arena limpia. Y el baño se realiza en el río, aunque eso es sólo un efecto visual, porque la inmersión realmente es en una antigua gabarra industrial, un barco de carga que se utilizaba para transportar carbón y que, con una profundidad de casi dos metros y medio, un ancho de 8 y un largo de 30 metros, queda sumergida en las aguas, transformándose en algo mucho más bello que una piscina adherida al entorno. "Te bañas en un lugar de agua, y eso tiene un atractivo mayor porque intervienes dentro de una propia instalación", explica Rodríguez Pastrana. Eso sí, sus aguas son limpias, gracias a los filtros del contenedor.
En esta área de baño, situada en el transitado barrio de Treptow, en Kreuzberg, al oeste de la ciudad, confluyen mercadillos, conciertos, teatro y barcos-bares flotantes. Todo alrededor alude a la comunicación y la amistad, como la gran escultura de dos figuras que se alza a gran altura desde las aguas del río. "Fomentar estas actuaciones es una nueva forma de cultura en la ciudad; un río, un barranco, un pantano... son elementos que han de acercarnos, no distanciarnos. Ojalá existiera más sensibilidad en España por parte de las administraciones públicas", añade Rodríguez Pastrana. La próxima cita de este proyecto premiado en 2003 e inaugurado en junio de 2004 -"hasta se tuvo que sondear el río varias veces, no fuera a haber minas o bombas enterradas..."- es en Comillas (Santander), ya que esta obra está seleccionada para la VIII Bienal de Arquitectura española como una de las más significativas realizadas por arquitectos españoles dentro y fuera del país en los últimos dos años.
3 Restaurante para anoréxicos
Hay otro puente en Berlín. Y suena de fondo; es el Puente sobre aguas turbulentas de Simon & Garfunkel. Un tema revivido a través de la música que se escucha en el recién inaugurado primer restaurante para anoréxicos en el mundo, el Sehnsucht, un término que está a medio camino entre la nostalgia y la ansiedad. Su dueña, Katia Eichbaum, fue anoréxica durante 15 años y asegura que su restaurante es para todos y que su propuesta, en lo culinario y en la presentación de los platos, pretende ser sobre todo divertida.
El menú, supervisado por un nutricionista, ofrece una falda de cordero, un plato que llaman hambre de lobo; alma, en cambio, es tomarse un capuchino con pequeñas galletas. El horario es amplio, desde el desayuno hasta la cena. Las mesas, los menús, las paredes... todo es amarillo anaranjado en el local; un color que parece lleno de energía, como si fuera el sol mismo, lleno de calor. Desde las paredes acompañan muchas fotos cargadas de afecto y alegría de vivir; ya sea un abrazo, una emoción sentida con los ojos cerrados, un beso o el regusto del primer bocado a un bombón. Esas emociones te acompañan en todo momento, también escritas por las paredes: "seguridad", "motivación", "energía"...
4 Cita a ciegas
Lo contrario ocurre en el restaurante Unsischt-Bar (El Invisible). Una vez que eliges tu menú en el bar, a la luz de unas velas, sabes que ya todo lo que te espera es oscuridad después de traspasar las cortinas negras que dan acceso al restaurante. Fumar, los mecheros, las cerillas... eso está prohibido. "Hola, soy su camarero. Mi nombre es Heidi". Y te mira con unos ojos blanquecinos que denotan su ceguera. Desde ese momento, en cierta medida, también todo se vuelve afecto, porque el tacto es, de todo punto, una herramienta urgentemente necesaria.
El camarero toma tus manos y las coloca en sus hombros para dirigirte a tu mesa, dirige tus manos para, una vez sentada, indicarte dónde está el pan, dónde la copa o el cuchillo. De fondo, otras mesas. La gente habla, ríe, come, como si nada. No hay luz. Nada. Oscuridad. Sin duda, el oído no descansa, está al acecho por si cualquier ruido pudiera avisar de que el camarero se acerca por la espalda. Las manos buscan la servilleta, los ojos se abren una y mil veces y no hay ni un mínimo reducto para la claridad. Entonces, el gusto por las cosas se acrecienta, ya que la apariencia de los platos está, únicamente, en su sabor. La oscuridad cobra vida, y eso te recuerda, una vez más, que Berlín da empuje a los sentidos.
es autora de El currículum vitae de Aurora Ortiz (Suma de Letras, 2002)
GUÍA PRÁCTICA
Cómo ir- Iberia (www.iberia.com; 902 400 500) ofrece hasta el 17 de septiembre en la web vuelos ida y vuelta a Berlín desde Madrid, a partir de 59 euros, y desde Barcelona, a partir de 135; siempre más tasas y gastos de emisión.- Lufthansa (www.lufthansa.es; 902 220 101). Desde Madrid, con una escala, a partir de 223 con tasas.- Air Berlín (www.airberlin.com; 901 11 64 02) conecta varias ciudades españolas con Berlín a partir de 29 euros por trayecto con tasas.- Easyjet (www.easyjet.com y 902 29 99 92). Vuelo de Madrid a Berlín a partir de 21,49 euros más tasas.Dormir y comer- Hotel Künstlerheim Luise (00 49 30 28 44 80). Luiënstr, 19. Berlín.- Restaurante SehnSucht (00 49 30 399 52 66). Dortmunder Str., 12. Berlín. Tiergarten. Unos 25 euros.- Unsicht-Bar y Dunkel Restaurant (00 49 30 24 34 25 00). Gormannstr., 14. Berlín Mitte. Entre 20 y 25 euros.Información- Oficina de turismo de Berlín (www.berlin-tourist-information.de y 00 49 30 25 00 25).
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