Carlos Fuentes parte del 'Quijote' para explicar la literatura inmortal
Cincuenta de los cien escritores de todo el mundo que fueron entrevistados por la Academia Noruega escogieron recientemente el Quijote como la mejor novela de todos los tiempos. Dostoievski, Faulkner y García Márquez ocuparon los siguientes puestos. Con esta observación abrió el escritor mexicano Carlos Fuentes, ayer en Berlín, el Festival Internacional de Literatura, en el que intervendrán 150 escritores de todo el mundo hasta el próximo día 17.
Fuentes atrajo la atención del público sobre cuestiones filosóficas de la literatura, entretejiéndolas con un análisis del Quijote para hablar así de la realidad, la verdad, la mentira, el tiempo y el lenguaje como temas centrales de la novela.
El discurso de Fuentes, el representante de la literatura en español que visita con más frecuencia la capital alemana, se centró en la cuestión del tiempo de vida de la literatura. La obra inmortal es la escrita por un novelista que no pertenece a su país, sino que pertenece a una tradición, a una literatura universal, formada por una familia de la que forman parte Rabelais, Cervantes, Sterne y Diderot, explicó Fuentes. Las obras incluidas en lo que Goethe describía como Weltliteratur, literatura del mundo, no pertenecen, según Fuentes, "incluso a su idioma materno".
A veces, el magnífico éxito de una obra literaria se limita a la actualidad y otras permanece inmortal, como el Quijote de 1604. "Las listas de los best sellers de los últimos años constituyen, con alguna excepción, un sombrío cementerio de libros muertos", señaló Fuentes, y continuó: "Mas la permanencia no es algo que uno pueda proponerse. Nadie puede escribir un libro que aspire a la inmortalidad, pues estaría buscando el ridículo y la mortalidad certera".
Piedra angular
Las prohibiciones que padeció Cervantes cuando estaba inmerso en la creación de su Quijote hicieron que el autor español -para Fuentes, "la piedra angular de la novela tal como se ha desarrollado desde el siglo XVII"- vagara por "un universo erasmiano". En éste, "todas las verdades son sospechosas, todo está bañado en la incertidumbre, y así la novela moderna adquiere su razón de ser". La incertidumbre de la novela cervantina "desautoriza cualquier certeza de una lectura lineal", hace de la novela un proceso crítico en todos los niveles de lectura, aseguró el escritor mexicano.
La primera noche del festival, que se celebra en Berlín hasta el próximo día 17, finalizó con una intervención del alemán Hans Magnus Enzensberger. El escritor leyó poemas de Wallace Stevens (1879-1955), recogidos en sus obras Harmonium (1923) e Ideas de orden (1935). Enzensberger también se refirió a las reflexiones de Wallace Stevens sobre poesía y a su influencia en la teoría poética del siglo XX.
Babelia
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